SI DIOS HUBIERA CREADO PRIMERO A LA MUJER

Estoy feliz de haber sido excluida del poder, porque lejos del poder me alejo de la ambición y la codicia.
(Del poema "Agradezco ser hembra" de Tatiana Lobo).

Dicen que Dios creó primero al hombre y luego a la mujer, porque el hombre necesitaba una compañera, lo cual no es dificil de creer porque a los hombres les cuesta vivir sin compañía sexual.

Pero ¿qué hubiera pasado si Dios hubiera creado primero a la mujer?

Ésta pregunta se me ocurrió en éstos días en que caminaba por la playa solitaria donde vivo, un sector pensado para ser poblado solo por casas, para evitar el hacinamiento.
Cuando camino por la playa soy prácticamente la única en aquel lugar, entonces me siento como una Eva completa, y me doy cuenta que la figura de un Adán en mi vida es innecesaria. Reconozco que hubo un tiempo en que éste lugar no habría sido paraíso para mí, sin la presencia de un Adán, pero eso cambió cuando entré en una soltería forzada, y me quedó gustando, tanto, que se convirtió en una soltería elegida.

Así que voy a fantasear con la respuesta a la pregunta inicial ¿qué pasaría si Dios hubiera creado primero a la mujer? Para empezar, si las mujeres somos las contenedoras de la vida, ¿porqué Dios habría de empezar la procreación humana al contrario, poniendo al hombre a parirnos desde una costilla?
Si Dios hubiera creado primero a la mujer, el hombre habría sido concebido de la manera usual, desde el vientre femenino, posiblemente con una donación de esperma divina, lo cual habría hecho del hombre alguien realmente superior.

Pero si la primera criatura en la tierra hubiera sido una mujer,  se habría dedicado a la jardinería, a tejer, a escribir, a meditar y a ejercitarse en el paraiso terrenal, y posiblemente no existirían los hombres porque las mujeres estamos aptas para vivir solas y para suplirnos el propio placer sexual. Seguramente Dios impresionado con la autosuficiencia y la fortaleza emocional de esa primera mujer habría encontrado otra forma de reproducirnos, en el caso de que no quisiera darnos un aporte divino. No debe ser muy dificil encontrar otras formas de sembrar una semilla en el vientre de una mujer, que es fundamentalmente el rol del hombre. Entonces la maternidad no sería una consecuencia de un momento de placer irresponsable, sino una libre elección y un compromiso que se asumiría con conocimiento de causa.

Las mujeres que no se sentían atraídas por la maternidad no habrían tenido que cargar con el señalamiento social por no quererlo. Seríamos felices madres solteras,  el aborto no existiría, ni los bastardos,  ni las enfermedades de trasmisión sexual, ni los celos y menos aún la monogamia, ésta última la considero el verdadero castigo al pecado original, no existe algo más cruel que obligarte a satisfacerte sexualmente por el resto de tu vida con el mismo personaje en nombre del amor, que ya todos sabemos que no es amor, sino atracción sexual, tan perecedera como los tomates fuera del refrigerador en clima caliente.

Si Dios hubiera creado primero a la mujer, nos habríamos comido solas la manzana y no hubiéramos sido condenadas a ganarnos el pan con el sudor de la frente, condena que consiguió que tanta gente deteste el trabajo a menos que ese trabajo le proporcione algún tipo de placer.
De alguna manera con la mordida de ese bendita manzana empezó toda la historia del machismo que ha sido el azote de la humanidad.

Si Dios hubiera creado primero a la mujer, nos habría presentado una maqueta del prototipo masculino para que decidiéramos si queríamos que le diera vida, y pues dado que físicamente no es que esté dotado de juguetes muy atractivos posiblemente lo hubiéramos dejado como proyecto para un futuro muy lejano, cuando el hastío por vivir en un pacífico mundo femenino nos venciera, y nos picara la curiosidad por saber  como es que los hombres hacen la guerra y consiguen poder con violencia, las dos únicas cosas que aparentemente hacen mejor que nosotras.