HETERONORMATIVIDAD
Fui educada en la heteronormatividad como la gran mayoría, se asume que nos deben gustar las personas del sexo opuesto, que el matrimonio debe ser una de nuestras prioridades lo mismo que la maternidad. Nadie nos pregunta qué planes tenemos con nuestro cuerpo a menos que hayamos emitido señales de simpatizar con el celibato y enlistarnos en alguna religión. Por todo ésto y mucho más la sexualidad ha sido y sigue siendo muy compleja para mí. Lidiar con las demandas hormonales y el complejo por tener un cuerpo diferente al que por demás, se le atribuye el éxito en las lides amatorias, lo hacía peor. De las primeras cosas que comprendí fue que la sexualidad está sobre valorada, que está más al servicio del goce del hombre y que el goce de la mujer parece estar reducido solamente a ser aceptada por un hombre y a darle placer a él. Se responsabiliza a la mujer del placer del tipo, si él elije a otra es porque no supimos ser buenas en la cama. Me pintaron el orgasmo como un viaje interplan