LA EDAD DE LULÚ
Si mal no recuerdo el lunes pasado debí haber cumplido aproximadamente 52 años, y como buena mujer me estoy quitando la edad, porque dicen que uno tiene los años que le faltan por vivir, y eso es lo que calculo que me falta, claro que con algunas condiciones, aunque sé que a la vida y a la muerte no se le pueden poner condiciones porque ambas son expertas en alzarse de hombros y terminar haciendo lo que les da la gana, en eso somos muy parecidas, a mi también me gusta levantar mis hombres y hacer lo que me da la gana. Este cumpleaños me agarra con reflexiones existenciales, con aproximaciones demasiado íntimas con la vejez, la enfermedad y la muerte, los tres temas de los que a muchos no les gusta hablar, sobre todo a los practicantes del positivismo. No debemos invocar nada que no queremos que nos pase, aunque en el fondo sabemos que los tres nos van a pasar, a veces pienso que en esas conductas positivistas hay negación, no pretendo ser una detractora de lo que yo misma practico y