EN DEFENSA PROPIA
Aquella vez fui a un campamento, todos los que íbamos al paseo éramos amigos, o al menos nos conocíamos de antes, sólo había un hombre de unos 21 años que no conocíamos y que era primo de una de las chicas que había ido al paseo, y quien era la novia de un gran amigo mío. La primera noche que llegamos hicimos una fogata para que nos diera calor ya que el lugar era bastante frío, y nos reunimos alrededor de la fogata a contar historias, yo me acosté con la cabeza puesta sobre el regazo de un amigo y doblé mis piernas dejando al descubierto parte de mis muslos, el hombre desconocido por todos estaba silencioso y empezó a calentar una varilla de metal que nos servía para remover la leña caliente, me pareció que había puesto la varilla demasiado tiempo sobre el fuego y que parecía estar inmerso en un monólogo interior que no lo dejaba participar de la conversación. A decir verdad el tipo me parecía extraño y me producía cierta desconfianza. De repente el hombre retiró la varilla del fuego