LOS INFLUENCERS

 Le agarré pereza a las redes sociales, en especial a Facebook, donde la gente consume imágenes e ignora los textos, la frivolidad flota en el ambiente de manera descarada y la interacción personal, que fue el motor que encendió ese barco por allá en el año 2009 le ha cedido paso a un escenario de intolerancia, insultos, escarnio público y una prepotencia intelectual, política y religiosa, que no da tregua.


Instagram ha dejado de ser una plataforma de imágenes para ser una triste copia de tik tok.

Me gustaba más la vida cuando ciertos conocimientos eran del dominio de personas que habían estudiado para obtenerlo, ahora mucho conocimiento es recitado en redes sociales por personas que lo adquirieron " por ahí" y que lo trasmiten con un poder de convicción cargado de egocentrismo. Viendo esas cuentas recuerdo a los culebreros de mi pueblo. Personajes muchos de ellos  analfabetas que hacían un sancocho de ideas y conocimientos sacados del calendario bristol o por  tradición oral de sus antepasados. Prometían curar enfermedades, arreglar no solo matrimonios sino las familias y las  finanzas de sus incautos que boquiabiertos invertiamos horas escuchándolos en la plaza del pueblo, cuando el tiempo era eterno y los días parecían de 36 horas.

La diferencia es que ahora los días parecen de 8 horas, máximo 10 y uno apenas si tiene tiempo de trabajar cocinar y dormir. No obstante le regalamos horas de nuestro escaso tiempo a los culebreros del siglo XXI que se hacen llamar " influencers"

 


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