Cero a la derecha cero a la izquierda

 Desde el año 2012 no escribo propósitos de año nuevo, sino que hago renuncias a cosas que pienso están creando algún tipo de bloqueo en mi vida, me ha funcionado más, porque me ayuda con mi fuerza de voluntad, pues esa carta está en mi mente todo el tiempo y no me quiero fallar.  Esta es mi carta para éste nuevo año. CARTA DE RENUNCIA 2024 Hallandale Beach FL diciembre 29 de 2024. Señor: UNIVERSO Atención: DIOS. Copia: Año 2025 Mediante la presente renuncio irrevocablemente a mi cargo de compradora de cosas que no necesito solo para satisfacer mi ego y llenar mis vacíos existenciales con objetos innecesarios que se convertirán en basura rápidamente y que harán más pesado mi equipaje. Me comprometo a ser más consciente de lo que le hace al planeta el consumismo, y a contribuir de esta manera con una mejoría del planeta para que mis siguientes generaciones lo puedan disfrutar.  Me comprometo a elegir cuidadosamente en que invierto mi dinero dándole así la importancia que ...

 Ir a terapia es un viaje con rumbo desconocido, hay que hacer muchas paradas y rescatar paquetes emocionales que dejamos perdidos en el cajón del tiempo, o paquetes que ignorabamos qué existían y que estaban marcados con nuestro nombre. En ese largo camino descubrimos cosas muy desgarradoras de nosotros mismos. Pero quizás el más trágico descubrimiento es darnos cuenta del largo camino que tenemos que recorrer para solamente conseguir la sinceridad con nosotros mismos y empezar a abrirnos paso por ese triste camino de verdad y realidad personal. Yo me había convencido a mi misma que había tenido suerte en el amor, pero la realidad superó a mi fantasía. PASIÓN MORTAL Como dinamita pura actuaba Jorge en mi cuerpo de 16 años de inexperiencia, a su paso por mi casa dejaba un estrago de enormes proporcionas en todo mi sistema hormonal, era como una ducha de testosterona a la que yo quería sucumbir a toda costa. Y no es porque fuera el más guapo, era porque estrenar hormonas pesa, y l...

 Siempre recordaré el día que dejé a mi hija en un quirófano, un lugar tan gélido como la antesala de la muerte, que de alguna manera así es. Cuando saliera de allí ya no sería la misma que había parido hacía 26 años dos meses y 24 días.  Mientras estaba en la sala de espera me preguntaba ¿Que sentido tiene meterse un "superbra" dentro de la piel y cargar con algo que no es de uno el resto de la vida? “para sentirme mejor conmigo misma” me dijo, y yo me sentí invalidada genéticamente por no haberle proveído unos pechos grandes.  Comprendí que su equipaje evolutivo no era igual al mío, que eran diferentes, que mientras a mí me interesaban unas materias, ella estaba estudiando otras completamente distintas a las mías y que a lo mejor mi tesis de grado era poder ver nuestras diferencias y respetarlas sin culparla y sin culparme. Estaba dispuesta a tener una tesis de grado laureada al respecto.  A su salida la vi tan diminuta y tan indefensa, pero tan feliz con sus se...