YO TAMBIÉN ESTUVE AHÍ.
  Yo también estuve ahí, contenida por un conjunto de terminaciones nerviosas , identificada con mis hormonas, creyendo que lo que ellas dictaban era yo, romantizando el sexo y sexualizando  el amor, acomodando el ideal masculino en cada hombre que  mis hormonas, y no yo, determinaban.  Yo también estuve ahí, hambrienta de afecto, impedida para tomar mis propias decisiones bombardeada  por la idea del colectivo acerca del matrimonio y la soledad.  yo también estuve ahí, llevada al precipicio de la heterosexualidad  porque las demás opciones significaban el destierro social,  como montada en un tren del que no me podía bajar a voluntad.  Yo también estuve ahí, sin control sobre mi vida haciendo lo que de mí se esperaba, cumpliendo una a una la cuota de expectativas sociales puesta sobre mis hombros.  Yo también estuve ahí, presa de la moda colectiva, uniformandome con las otras hembras de la manada para que la competencia por el mejor postor, fuera limpia.  ...