EL PLACER
El placer está socialmente asociado con felicidad, de ahí que el sexo y el amor también estén vinculados tanto a la felicidad como al placer, como si el placer sexual nos llevara a la felicidad que se supone otorga el amor.
Cada persona busca el placer desde su propio nivel de conciencia, o de inconsciencia. Para algunos su fuente principal de placer es la comida, comen para satisfacer su paladar no para darle energía al cuerpo, para otros es el sexo, el deporte, el trabajo, el éxito etc. Como sea nuestra fuente de placer habla mucho de nosotros.
Mi fuente de placer favorita es la de los sentidos, lo que yo llamo erotismo o sensualidad, que no necesariamente está asociada con sexualidad, y que mas bien exploran nuestra capacidad de gozar al máximo de actividades cotidianas cuando uno se sumerge en la actividad hasta volverse uno con ella. Y van desde tomar una ducha sintiendo la caricia del agua sobre la piel, el olor del café a primera hora de la mañana, saborear los alimentos con los ojos cerrados, masticarlos y desarticular toda la gama de sabores que los componen hasta construir un nuevo almizcle único e irrepetible con los componentes de mi propia saliva, dejarme paralizar por la belleza de un paisaje, de un ser humano o de una habitación donde la luz es perfecta, escuchar la letra de una canción que me gusta con los ojos cerrados para que invada mi sentido auditivo y convertirme en canción y etc etc.
Una de mis fuentes de placer más recientes ocurre cuando tras un procedimiento mi hija me lleva a su casa para cuidarme, entonces en las noches, mi nieto entona una canción para ayudarme a dormir, en ese momento siento que el mundo se retira a una prudente distancia para que solo existamos él, su voz y yo.
En estos meses que llevo en recuperación pensé que las redes sociales serían una fuente de satisfacción para invertir mi tiempo, pero en la medida en que las uso me doy cuenta de la incapacidad que tienen las pantallas de proporcionar placer, la inyección de dopamina qué otorgan es tan pequeñita que hasta parece un orgasmo forzado. El placer a manos de las redes sociales es como una limosna para zombies que necesitan creer que siguen vivos, por algo forman parte de la gratificación instantánea.
Estoy convencida que el combustible del placer es el silencio, que nos recarga y nos permite detonarlo. Entre más agitados estén nuestros sentidos más difícil es acceder al placer, en la paz de los sentidos indudablemente habita una gama infinita de detonantes no solo del placer sino de la felicidad.
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