NUEVA ETAPA


He tenido en abandono este blog, confieso que me he dejado desmotivar por la falta de lectores. No sé si a todos los escritores les pasa lo mismo, pero para mí escribir es como conversar con alguien, con el lector, y su retroalimentación completa ese dialogo que yo comienzo con un texto, un artículo o simplemente contando una experiencia. Estamos en una época donde estamos sobre estimulados con información visual, los videos y el material grafico se impone sobre el texto, la gente cada día quiere leer menos, por lo que publicar un enlace en facebook o en instagram es como vender paletas en medio de una nevada. Carece de importancia lo que uno tenga que decir, no obstante hay proliferación de nuevos escritores que quieren dar testimonio de cuán difícil ha sido su vida antes de probar las mieles del éxito, porque esta es la época del éxito y la felicidad colectiva, es casi que obligado ser exitoso y feliz y documentarlo en redes sociales.
Yo no soy nada de eso, no soy feliz porque tenga una mascota, o porque tenga una hija y dos nietos, soy feliz porque esa es una conquista personal en la que trabajo cada día, incluso cuando mis días son grises y llenos de obstáculos. Soy adicta a encontrar lo positivo en lo malo, y lo divertido en la tragedia, a reírme de mi misma y de mis pequeños dramas, cuando los dramas son mas grandes me los sufro sola y espero el tiempo necesario para empezar a reírme de ellos y de mi rol en medio de ellos. No soy famosa, aunque muchos creen que lo soy porque he hecho un par de cosas por las que he ganado un poco de visibilidad de los medios. En algún momento hasta yo misma me estaba tragando el cuento de que era famosa, pero luego de visitar los perfiles de tanto “famoso desconocido” que tienen millones de seguidores y que consiguen mas de veinte mil likes en 10 minutos, comprendí que yo con mil seguidores y doce likes en cada publicación era algo así como una gota del enorme océano que baña el mundo; y aunque me han ofrecido conseguirme seguidores y estrategias para ser famosa, yo decidí que quiero ser como Jesucristo, que nunca pidió que lo siguieran y aún ahora después de muerto sigue ganando seguidores, sin redes sociales y sin alboroto, sólo dejando su huella en cada acto con que dirigió su vida. A eso está dedicada mi existencia, a dar lo mejor de mí cada día, a vencer esos pequeños demonios como son la crítica, el juicio y la necesidad de control,  con que todos nos hemos acostumbrado a vivir y con los que hasta simpatizamos. A reconocer mi ego dando pataletas cuando pierde y a quitarle a veces el alimento vital que pide, a veces lo alimento y le permito que se identifique conmigo, o al contrario a veces creo que soy él.
Pero extraño publicar lo que escribo y en estos días decidí que no tener lectores no será más un impedimento, que voy a retomar mi blog y a documentar las cosas más destacadas de mi experiencia de vida, sobre todo porque estoy empezando a envejecer y si la memoria me falla, siempre podré regresar a este rincón de mis recuerdos y verificar que he vivido para escribir y que aquí está la prueba, que si un día ya no estoy más en éste plano y mis nietos quieren saber más de mi, aquí podrán entrar en las fauces de mi existencia y conocerme realmente, aunque secretamente deseo que eso pase estando aún aquí.
Si usted querido lector, cayó en éste articulo por algún motivo, le pido que se comunique conmigo y me cuente como llegó aquí, éste blog de ahora en adelante será como un mensaje en una botella lanzado al océano cibernético, posiblemente no sepa quiénes han recogido ese mensaje, en sus manos está que lo sepa. Buen viento y buena mar.



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