DE LAS SUEGRAS Y OTROS DEMONIOS



La suegra ha sido ese demonio mitológico al que todos  parecen temerle, molestarle y aburrirle, es algo así como la piedra en el zapato del matrimonio, no obstante gracias a la suegra, ese personaje al que le atribuyes tu felicidad existe.
Las dos únicas suegras que he tenido, me han querido, la última se ha convertido en una suerte de segunda madre para mí, algo alentador, porque cuando se ha gozado de una excelente madre como fue la mía, al morir ésta, uno puede decir que lo ha perdido todo, porque todo lo que tenemos en la vida es madre, el resto sólo son amores condicionales.
Anteriormente los matrimonios convivían con la suegra, a veces con ambas suegras, y los matrimonios duraban toda la vida, curiosamente desde que las parejas empezaron a proclamar su independencia, funcionan peor y son más temporales.
Y es que tiene sentido que los matrimonios que convivían con las suegras duraban más, a nadie le conviene más que su hija, o hijo tenga un compañero para toda la vida que a la madre. Uno sabe que va de salida y que mejor que saber a ciencia cierta que su hijo (a) queda en buenas manos, las suegras de antes eran las que velaban por el bienestar de la pareja, eran las protectoras, el punto de equilibrio que con sus sabios consejos intervenían en momentos de crisis para apaciguar las tormentas. Claro eran otros tiempos, la monogamia tenía más fuerza que ahora y las mujeres se lo pensaban dos veces antes de tener un amante, y si lo tenían, sabían como mantenerlo en verdadero secreto, en cuanto a los hombres, ellos siempre han sabido preservar su intimidad mejor que nosotras, así que sus amoríos extramaritales ni siquiera eran considerados una amenaza por la esposa, y en eso cuanto ayudaba la intervención y la experiencia de las suegras que ya habían lidiado con las travesuras de sus propios esposos. De hecho el aguante de las mujeres de antes era un logro más de las suegras que de las jóvenes esposas.
Esto deja en claro el porqué la imagen de la suegra demonio se fue fortaleciendo, mantener a la suegra a kilómetros protege la doble moral de los matrimonios actuales, donde cada uno juega sus cartas y manipula al otro en pro de conservar esa independencia que se pierde con el matrimonio y que es avalado socialmente. El rol de la suegra es muy claro y definido, le devuelve la vista al amor ciego con que se casan los enamorados, la suegra tiende el tren de aterrizaje cuando el amor hormonal empieza a menguar y hay que empezar a echar mano de aspectos más importantes y fuertes para conservar la unión, en ese punto si uno sabe aprovechar a la suegra, ella puede ser más que de ayuda, una gran aliada.
En mi rol como suegra me ha ido bien, mis yernos han sido visionarios y saben que la mejor manera de llevarse bien con mi hija es a través de mí, solo un par de excepciones no han tenido la sagacidad y la inteligencia para darse cuenta. Con la mayoría de mis yernos conservo una buena relación aún ahora después de la ruptura con mi hija, incluso llegué a vivir con uno de ellos, creo que eso es una prueba significativa de que las suegras demonio las han inventado quienes tienen mucho que proteger o mucho que esconder.
La estructura familiar ha presentado cambios significativos, y creo que en ello ha tenido que ver el hecho de expulsar del ambiente familiar a los viejos. En las familias de antes se conservaba un patriarca o una matriarca que sabía más de la vida que los mas jóvenes y a quien se acudía por consejo y ayuda espiritual y emocional, ahora se paga por esa ayuda a terapeutas que muchas veces tienen más problemas que nosotros, alejando de esta manera a los viejos de su familia. Algunos aseguran que el mundo está cambiando y que la productividad se puede ver amenazada por el “cuidado” de un viejo que se mantenga en casa, no obstante en los tiempos en que las casas eran para grupos familiares grandes, se construyeron emporios con índices de productividad muy grandes, muchos de ellos gobernados desde una cocina por una matrona mayor que había criado hijos y nietos y que confortaba a su guerrero al caer la tarde y debajo de las sabanas hasta le ayudaba con las decisiones de la empresa que se suponía solo podía liderar un hombre. Estoy convencida que los hombres eran sólo fachadas de poder en el sector laboral cuando la mujer no se había tomado esos lugares, porque las que realmente dirigían esos emporios eran las mujeres disfrazadas de obedientes y sumisas amas de casa. Indudablemente hemos perdido esa fuerza, ese valor y esa persistencia de las mujeres que nos antecedieron, dejamos de escucharlas, las hemos relegado al sótano del universo y de esa manera hemos perpetuado nuestra inmadurez emocional, los resultados así lo demuestran, hemos fracasado como esposas, amas de casa y madres, al punto que en el futuro esos roles tienden a desaparecer, pues cada vez menos mujeres quieren tener un matrimonio con hijos. La mujer contemporánea no resulta para nada inspiradora en el aspecto matrimonial, por lo que el sueño de muchos que ha sido desaparecer a la suegra se podría convertir en realidad, sólo que el costo sería la también desaparición de la institución matrimonial.



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