MIS ESPECTACULARES CADERAS DISLOCADAS.

 


Haber nacido con las caderas dislocadas fue ventajoso, a pesar que en los primeros años de mi vida no pudiera verlo asi, y a pesar que la gente que me rodea no comprenda éste tipo de “ventaja”. Mi cuerpo quedó configurado perfectamente en medio de su imperfección, mi  pelvis quedó como hundida hacia atrás con lo cual siempre he tenido el famoso “thigh gap” que muchos años después de mi nacimiento dejaría de ser algo de lo cual avergonzarse para convertirse en algo digno de exhibir, al punto que muchas mujeres se lo mandarían a construir quirúrgicamente. 

El thigh gap es una separación significativa en la parte interior de los muslos, conformando un círculo vacío alrededor de los genitales. El thigh gap es lo que  hace que mi pelvis resulte estética y visualmente muy bonita. Además  al estar la zona de mis caderas desprotegidas en su mecanismo de defensa tuvieron que desarrollar más masa muscular y más grasa en los glúteos para ayudar a mis piernas a movilizar todo mi cuerpo,  con lo cual la zona donde termina mi espalda y empiezan mis glúteos es un enorme precipicio que marcó una cintura pequeña que ni la edad ha conseguido arrebatarme. 

Que maravilloso es el universo, te pone un supuesto problema pero te premia con características ventajosas que te diferencian. Por ejemplo ha sido la misma extraña morfología de mi cuerpo la que me ha permitido que muchos asanas de Yoga que a las mujeres con un cuerpo típico se les dificulta practicar a mi se me dan con una facilidad asombrosa, aunque hay muchas  que simplemente yo no puedo hacer, lo que no puedo hacer lo he aceptado con la certeza que también forma parte de mi plan divino. Pero hay una experiencia que recuerdo con especial atención y es que siendo niña uno de los apodos que me decían los bullying y que más me molestaba era “Culo de Pato” me molestaba muchísimo que me lo gritaran los niños cada vez que pasaba en frente de ellos, sobre todo cuando lo hacían en la calle, porque de alguna manera estaban haciendo pública una ofensa que otros podrían usar en mi contra.

Con el paso del tiempo y cuando estuve en la secundaria conocí a una chica que estudiaba en mi clase, ella a diferencia de mí, era una mujer de una extraordinaria belleza fisica, y con una silueta espectacular, al menos desde la perspectiva de los chicos que parecían muy entendidos en temas de estética femenina. Para mi sorpresa me di cuenta que a ella también la apodaban “culo de pato” a pesar de que ella no tenía luxación de caderas, fue entonces cuando me di cuenta que la procedencia del apodo era que ambas teníamos el trasero muy levantado y que los que se burlaban de mí porque tenía el culo de pato lo hacían desde su ignorancia y que mi respuesta ofensiva también lo era. 

Pero la graduación a mi auto aceptación me la hizo mi nieta Samantha, cuando una vez regresando de la playa la noté caminando extraño, ella tenía sólo cuatro años, y pensé que se había lastimado brincando en la playa, le pregunté porque estaba caminando así, ella me respondió " abuelita es que quiero aprender a caminar como tú y estoy practicando" quién me hubiera dicho que un día lloraría de alegría por que alguien imitara mi manera de caminar y sobre todo que su motivación para hacerlo, no fuera burlarse de mí, sino querer ser como yo.


 

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