HOTEL DE LUJO

Ésta semana me alojé en el hotel más costoso de South Florida, diez mil dólares la noche, un poco más o un poco menos dependiendo de la suite y del servicio que se requiera.

Después de revisar mis documentos de registro en el lobby supongo que se dieron cuenta de mi estatus migratorio y de que gozaba de buen   respaldo financiero, porque entonces me atendieron como a una reina. Planeaba quedarme solo un día, sin la noche, pero me vendieron un paquete tan atractivo para pasar la noche que lo compré sin preguntar el precio, aunque intuía que sería bien costoso.

Entonces al igual que en un matrimonio despues de la luna de miel, las cosas empezaron a ir mal, la comida un desastre. Una sopa de pollo, que supongo era de caldo Maggi porque no tenía un gramo de grasa y ni un solo pellejo que diera fe del animal que le había dado el nombre. Luego vino la porción de pollo, por supuesto saludable, a tal extremo que no tenía sabor, el arroz integral no era que careciera sabor, era que le habían extraído el poco sabor que naturalmente traía para asegurarse que en realidad era saludable. Salvó la cena una ensalada de frutas de lata que se me antojaba un manjar dado el resto del menú y un pan integral con mantequilla que devoré como si nunca hubiera comido pan. Recordé que tenía en mi maleta un Salmón ahumado y lo saqué para calmar la frustración que empezaba a sentir al pensar en el costo de una cena tan insípida solo por el lugar donde la estaba consumiendo.

En adelante nadie me prestó atención, el servicio de habitación nunca apareció por más que lo solicité, ni siquiera un tylenol pude conseguir para el dolor de cabeza que tenía. Así que apagué el celular, renuncié al banquete de capturar atención con fotos del hotel en mis redes sociales y me dispuse a dormir desde las 8:00 pm para gozarme la cama que tampoco era la gran cosa.

Al día siguiente pedí el desayuno en la habitación y tardaron una hora y media en traerlo. Finalmente apareció el gerente del hotel y me dijo que en vista que todos mis exámenes de laboratorio habían salido bien y yo no estaba teniendo un accidente cardio vascular me podía ir para la casa. Si. Así es como yo describo un día con su noche en un hospital en éste país. El hotel más costoso del sur de la Florida.

Lo anterior fue la fantasía ahora lea la realidad.

Ésta semana me alojé en el hotel más costoso de South Florida, diez mil dólares la noche, un poco más o un poco menos dependiendo de la suite (habitación sola o acompañada de más enfermos)  y del servicio (exámenes de laboratorio, medicinas, máquinas enchufadas en mi cuerpo y una enfermera que te atiende muy bien las dos primeras horas y luego hace un magistral acto de desaparición)  que se requiera.
Después de revisar mis documentos  de registro en el lobby supongo que se dieron cuenta de mi estatus migratorio (ciudadana) y de que gozaba de buen   respaldo financiero (seguro médico) porque entonces me atendieron como a una reina. Planeaba quedarme solo un día, sin la noche, pero me vendieron un paquete tan atractivo (una resonancia magnética que le diera precisión al diagnóstico y un equipo de observación por 12 horas) para pasar la noche, que lo compré sin preguntar el precio, aunque intuía que sería bien costoso.
Lo demás fue literal como lo describo. 

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