MASTURBACIÓN ASISTIDA



Vivimos en un mundo desesperado por etiquetar todo, la orientación sexual, las relaciones afectivas, las preferencias sexuales, las aficiones laborales, y hasta las estructuras familiares. Así es como me veo sometida con frecuencia a interrogatorios acerca de mi vida afectiva y sexual, sobre todo por los que leen algún artículo de mi autoría con contenido sexual y de inmediato piensan que soy una especie de puta cibernética o una pobre mujer soltera con las hormonas zumbándole todo el día y desesperada por un hombre con quien tener sexo. Si, es lo único que explica que de los cien caballeros que me abordan por Internet, noventa y nueve y medio me pidan sexo explícitamente, algunos en los dos primeros renglones, otros más diplomáticos, o más cautelosos, se toman la molestia de fingir un buen rato interés por mis intereses en una conversación que uno ya sabe en donde terminará, hay que abonarles la creatividad que tienen para conseguir que un tema sobre recetas de cocina desemboque en una propuesta sexual. Y hay otros que se proclaman intelectuales y que envían poemas donde el protagonista es el olor de mis braguitas (calzones) al amanecer, ¡Dios mío! ¿Hay algo más antierótico que esa frase de alguien desconocido? Se necesita un grado de intimidad muy grande para que a un tipo le agrade el olor de las bragas usadas de uno y para que a uno le halague que al tipo le guste, antes de ese nivel de intimidad eso luce como una parafilia.

Toda suerte de indelicadezas aplican cuando de conseguir un ciber orgasmo se trata, lo cual me hace pensar en lo que harían los tipos antes de que tuvieran la masturbación asistida al alcance de la mano,  ahora es asunto de conseguir que una chica les siga el juego, los excite contándoles algunas intimidades y acceda a encender una cámara para hacer el cierre del negocio, un negocio gratuito porque ya ninguno paga por ello.
Y no es porque sea mojigata, es física pereza, es cuestión de optimizar el tiempo, los recursos y de invertirlos en empresas productivas ¿Pero qué productividad me reportaría  donar orgasmos gratuitos a tipos que no conozco vía Facebook durante todo el día?. Se necesitan pocas neuronas para pensar que esa búsqueda pueda ser exitosa, a menos que claro está  engatusen  la presa con alguna ilusión matrimonial que es lo que afloja las piernas con más facilidad.



Es por eso que pese a que no he simpatizado con la monogamia, últimamente me he sorprendido guiñándole el ojo, no por moral o ideal social, sino porque es la más funcional en términos de que uno no tiene que tener toda su energía dispersa en varias personas en aras de pasarla bien o de lucir como la más conquistadora, sino que canalizo toda mi energía y tiempo en una sola persona, lo cual me deja energía y tiempo para invertir en mis proyectos personales, así tengo el corazón y el cuerpo contento sin exceso de inversión energética.

Todo es cuestión de administrar la energía sexual y sentimental, yo por ejemplo he estado por varios meses en una relación afectiva con alguien que me ha permitido hacer este experimento, lo cual me ha llevado a pensar que la simbiosis que adoptan las parejas cuando se conocen es el veneno que mata lentamente las relaciones, mientras que llevar las relaciones a un ritmo lento, donde se conserven espacios, tiempos, energía individual e intereses personales, permite que la relación vaya tomando forma, y previene el apego, hace a los implicados más responsables de sí mismos, lo que hace que cada uno se constituya cada vez en mejor compañía para el otro, una compañía que se disfruta, no que se necesita, una compañía que se ama, no que se posee. Quizá entonces se abra una brecha para la exclusividad que muchos desean tener en una relación, no como ese ingrediente que alimenta el ego posesivo de las partes, sino como esa opción de tener ese compañero(a) para convivir, para crecer, y dejar crecer al otro, no como uno quiere que crezca, sino a su ritmo, pero para ello se requieren dosis de respeto muy altas, y el respeto siempre ha sido la fisura por donde las relaciones colapsan.

Yo estoy inmersa en trabajar en este momento esos dos aspectos, respeto y administración de recursos afectivos y sexuales, ya les contaré como me va en mi nueva misión.


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