Rosita fue el primer corazón abierto que encontré en Estados Unidos, la primera mano generosa que desde el primer momento solo ha sabido darme lo que ha estado en su poder darme. Desde que la conocí supe que mi amistad con ella sería más duradera que mi matrimonio con su hijo, sí, Rosita entró a mi vida como mi suegra y contrario a las experiencias que muchas personas tienen con sus suegras, mi experiencia con ella ha sido muy positiva. Ella es la matriarca de la familia Madrigal,  dueña de un entusiasmo ilimitado, la mejor amante que pueda tener la música, es una excelente bailarina, que además  toca el piano y la guitarra. Hasta hace poco nos deleitaba con su voz y hacía gemir el "Ave María" como una diosa. Le encanta preparar fiestas y ser anfitriona porque es sociable por naturaleza. Tiene las puertas de su casa abiertas para la gente, de hecho varias vecinas tenemos las llaves de su apartamento y sabemos que podemos entrar allí, a veces incluso, sin llamar a la puerta, a...
 
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