FREEGAN

 Éste país es maravilloso porque es como una universidad de la vida. La estructura social y económica de Estados Unidos nos obliga a hacer cosas que en nuestro país natal no haríamos porque nos hamacamos con más facilidad en nuestra zona de confort y porque nos falta más mundo y conocer otras realidades.

Alguna vez cuando todavía no era ciudadana, la pasé muy mal, mi sueldo pagaba las cuentas y no me quedaba nada para comprar comida, no pedí ayuda del gobierno porque no quería que quedara registrado que era una carga para el país y eso afectara mi ciudadanía. Pasé hambre algunos meses ( lo cual fue muy bueno para mi viaje interior)  antes de comprender que éste país es literalmente rico hasta para la gente pobre. Conocí de los Freegan y me enlisté con los de mi localidad, así aprendí a rescatar comida que estaba lista para ir a la basura tanto en supermercados como en restaurantes. Los freegan están comprometidos con ayudar al planeta a procesar la basura y los residuos. Muchos consideran eso un trabajo poco digno o del nivel del limosnero, pero no es así, pues los alimentos que van a la basura están en perfectas condiciones sólo que ya no cumplen con los requisitos que las autoridades sanitarias exigen, como un vencimiento venidero. Algunos alimentos deben ir a la basura dos días antes de su vencimiento y muchas verduras y frutas deben ir también a la basura al final del día porque no pueden estar al día siguiente en las estanterías.
A partir de entonces, ya no padecí más carencia de alimentos, al contrario comí mejor y más saludable que nunca, hasta consumí los mejores vinos y probé por primera vez el caviar.
Conocí muchas instituciones comprometidas con el reciclaje y con ayudar al Planeta tierra a lidiar con el exterminio sistemático al que lo estamos sometiendo.
Después conocí las tiendas de segunda mano, lo más curioso es que las conocí por personas muy adineradas que bien podían comprar en tiendas de lujo, pero que por su compromiso con el planeta y por tener un alto nivel de conciencia elegían reutilizar la ropa que otras personas ya no deseaban. Desde entonces compro muy rara vez ropa nueva, casi todo mi vestuario es de segunda mano o es tejida por mí ( adoro tejer) esa sigue siendo mi contribución con el planeta que habito, le quito un poco de carga usando cosas que posiblemente estarían en la basura, y pago una cifra reducida que además ayuda a las instituciones de caridad. Confío que mi granito de arena ayude a mejorar las condiciones para el lugar que habitarán mis futuras generaciones. Ésta semana es la semana del planeta tierra, cuál es tu contribución? Los leo.


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