REALITY SHOW
Comprendo que mi mayor grandeza es aceptar mi propia insignificancia. D espués de tres semanas regresé a mi apartamento. Le avisé a las personas que en un principio me habían ofrecido ayuda, que estaba en casa y que ya podían acercarse a visitarme, pero mi anuncio no obtuvo resultados. Tener una enfermedad que amenaza nuestra vida es como entrar en un reality show. Al principio obtuve un protagonismo del que muchos querían formar parte, incluso completos desconocidos, que ni siquiera tienen redes sociales, pero que aún así, se sentían con derecho a formar parte del reality, después de todo estamos a un primo, o un tío de distancia. Aparecieron a hurtadillas hasta aquellos que me lapidaron y me bloquearon en redes sociales, pero que se las ingeniaron para saber de mi condición a través de terceros. Supongo que pensaron que iba a morir, para pedir perdón, pero como no sucedió, se mantienen expectantes en las sombras de su ilusorio anonimato, esperando mi último aliento para decir ...