EL QUE BUSCA ENCUENTRA


No tenía porque encontrármelo, pero en Facebook uno se encuentra de todo, y a todos, de repente emergió una fotografía de él, y todos los recuerdos emergieron como si hubieran estado ahí listos para salir ante la más minima señal de vida de él, yo no tendría que quedarme mirando su foto, se supone que sepulté el pasado y que el susodicho ha pasado a mejor vida en vida; y que lo que haga con su vida sólo le debe ocupar a él y a quienes ahora se interesan por su humanidad. En cambio mi mano actúo mecánicamente le dio click a la foto, la agrandó,  le dio click de nuevo a la foto, que saltó a la siguiente, y la siguiente a la otra; y en menos de una hora, yo ya había visto lo que había pasado con él todos los años que lo he dejado de ver, y lo que lo hace peor, tenía un hueco en la boca  del estómago, como un precipicio por donde se habían desbocado todas mis antiguas ilusiones y me asaltó un inusual reclamo “Y este huevón no se supone que me adoraba?” preguntó un tono de despecho que emergió de mí.  “Pura mierda” le respondí al reclamo que salió de la nada, “la pasión con que alguien te jura amor eterno es directamente proporcional a su capacidad de olvido”. Pero claro que visión puede tener uno antes de los 30 años para detectar un ser humano poseído por un ego superior que sólo puede verse a si mismo; y para quien yo sólo era una extensión de su ego. El amor es una palabra prostituida por los intereses de cada uno, la usamos a nuestra conveniencia y somos capaces de hacer juramentos absurdos con tal de utilizar la energía del otro a nuestro favor.



Todo sería más simple si llamáramos todo por su nombre, el amor es fácilmente confundido con pasión, lo que yo llamo amor hormonal y este tipo de amor es tan irresponsable, pero que sería de la especie humana si no fuéramos arrebatados por el amor hormonal, seguramente que no nos habríamos superpoblado tanto. Bueno el hombre no me dio hijos, ni tampoco se los dio al tipo con el que está ahora, así que por ese lado no tengo nada que lamentar, y que conste que no nos separamos porque él no tuviera una preferencia sexual en especial, porque yo eso siempre lo supe, nos separamos porque no pudimos superar las equivocaciones, porque el amor que nos juramos nunca fue amor, sino sólo la excusa perfecta para vivir un proceso necesario y obligatorio, eso lo sé de memoria, lo he racionalizado, lo he conceptualizado, y hasta me atrevo a decir que lo he comprendido, pero por algún motivo cuando lo veo, aunque sea en fotos me impresiona esa absoluta indiferencia con la mujer por la que derramó lágrimas y a la que le dijo una vez que pasara lo que pasara y que sin importar la forma que tomara nuestra relación siempre, siempre, absolutamente siempre me iba a amar, pero es verdad, para siempre es demasiado tiempo.

LOS AMANTES

Los amantes se consumen el uno al otro
Se han dado cita en nombre del libre albedrío
Han bebido del elixir de la pasión
Aunque ellos lo llaman amor
En nombre de la conveniencia social
Ahora están embriagados 
No pueden verse uno al otro como son
Se consumen en el deseo
Ciegos, felices en sus penumbras
Ignorando quien es el otro
Perdidos en sus jugos y sus juegos
Tienen licencia de caníbales
Para arrancarse la piel y las entrañas
Se juran un amor eterno que no cumplirán
Para siempre y jamás sus palabras favoritas
Felicidad la tierra prometida
Juntos su música favorita.
La sobriedad los alcanza al fin
Se trenzan en franca lucha de poderes
Cada uno quiere ser el mismo
En el viaje sin retorno del apego
Algunos se acostumbran
Se encariñan con el apego
Condenados a ese destino inexorable
Otros retornan a casa
Él, cantando victoria
Izando la escoba de la bruja vencida
Y ella aturdida por las promesas
Marcada por sus garras en las entrañas.
 Luz Dary Jiménez Monsalve 


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Que delicia, todo, incluido el poema, lo primero que leo tuyo este año, un abrazo...el fotografo

Entradas populares de este blog

LA SEXIGENARIA

HADA DE LAS ALAS ROTAS.

LA RESURRECCIÓN DE COQUITO