Y FUIMOS FELICES Y COMIMOS LO QUE NOS DIO LA GANA.
En estos días estaba organizando mi material poético y me encontré con un archivo de poemas inspirados en una suerte de amor platónico que alguna vez tuve, al menos en aquella época lo pensaba así, porque ahora que he leído de nuevo esos poemas tan llenos de lubricidad literaria, me doy cuenta que lo único que pasaba era que estaba invadida por el deseo que ese hombre me despertaba, porque socialmente hemos sido obligados a validar el deseo sexual por alguien con la palabra amor. Y es que estuve en estos días en el lanzamiento de un libro de poemas y la autora hablaba de esa necesidad que ella tenía de mantener al mundo a salvo de sus demonios, para lo cual, cuando estos se desataban ella simplemente escribía, o la emprendía con el papel, en sus propias palabras. Yo lo hago sobre todo con mi energía sexual, materializo mis encuentros sexuales platónicos en el papel, condeno al papel y al lápiz a un coito obligado, donde el orgasmo es inmortal porque toma vida cada que leo el ...