EL DIOS TODO VOLUNTARIOSO

 Ésto no le gustará a muchos pero a mí la expresión " que se haga la voluntad de Dios"  no me gusta. Y no es porque sea atea o agnóstica, es porque el Dios mío no es un ser voluntarioso y caprichoso que posterga por días, meses y hasta años la decisión de dejar vivir o no a un moribundo. Por eso esa frase no me consuela, sino que me anticipa el dolor de la pérdida, esa frase es una condena a muerte.

 Yo me abstengo de pedirle algo a Dios, pues siendo niña fui forzada a pedirle que pusiera en su lugar mis caderas, él no las puso en su lugar,  sino que respetó un destino y una vida que ha sido digna de vivirse, para lo cual me dotó de movilidad funcional con unas caderas rotas, me dio aceptación para tener una vida satisfactoria con una diversidad tan marcada y me dio comprensión con quienes no toleran ver mi manera de caminar y se burlan de mí. En ese orden de ideas cuando llega ese momento en que la única salida es mirar al cielo y pedir ayuda a Dios, yo  sólo le digo " gracias por haberme traído hasta aquí, confío en el camino que sigue"
Así cuando mi primo Antonio se puso tan enfermo sólo le dije " gracias por la vida maravillosa que le diste a mi primo, aún cuando siendo un niño su futuro no era promisorio. Confío en lo que sigue para él". Una cosa si no hago y es no involucrar la voluntad de Dios en lo que me pasa, porque estoy convencida que nosotros escribimos nuestro libreto,  Dios solo lo lee, lo supervisa, respeta nuestro libreto albedrío y protege el misterio de la muerte, ese que nos es revelado cuando no se lo podamos contar a nadie. Cuando nos toca abandonar el cuerpo.


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA SEXIGENARIA

HADA DE LAS ALAS ROTAS.

LA RESURRECCIÓN DE COQUITO