YO PECADORA

 LECCION 1


Hoy empiezo un viaje interior de 60 días, porque en dos meses cumpliré  60 años de edad. Cada día trataré de escribir una reflexión sobre mi aprendizaje y lo estaré compartiendo aquí en mi blog, porque algunas lecciones son fuertes y quiero plasmarlas con la crudeza que mi viaje amerita. Como sé que son muy pocos los que resisten la lectura, mi blog de alguna manera me otorga el anonimato y me ayuda a evitar herir susceptibilidades de aquellas personas que estarán incluidas en mis reflexiones. Le dejaré al universo la sincronicidad entre lectores y tema a tratar.

El inicio de éste rito de pasaje lo he llamado "LA PIEDRA EN EL ZAPATO"  y  el cómo me he sacado todas esas piedras que atentaban contra mi marcha fluida por éste mundo

YO PECADORA 

La primera piedra que tuve en mi zapato fue la religión. Nací con un desagrado inexplicable por las iglesias y los sacerdotes, que contrastaba con la veneración que mi madre sentía por ellos.
Por consiguiente entré con el pie izquierdo a la iglesia católica. A los 20 días de nacida mi madre me mandó a bautizar (era lo que se hacía en esos tiempos, pues la madre debía guardar 40 días de cama) con mis padrinos y en un papelito escribió el que sería mi nombre " Julieta del Carmen Jiménez Monsalve". El sacerdote leyó el papelito lo arrugó y tomó la arbitraria e irrespetuosa decisión de bautizarme con el nombre que llevo " Luz Dary Jiménez Monsalve " tanto a mi madre como a mí nos tomó unos diez años aprender a amar éste nombre, por lo que ella y mi familia materna me llamaron Julieta durante la primera década de mi vida.
Un día siendo muy niña y llevada del brazo de mi padre mientras hacíamos la fila para recibir la comunión, dos mujeres se codearon, luego la una le hizo un gesto demostrativo con la boca a la otra, señalando a mi padre, y en voz muy baja, casi en susurro dijo una de ellas " mirá, el diablo haciendo hostias" y mi padre que se percató de todo les dijo "¿y con esa lengua viperina es que ustedes van a recibir el cuerpo de Cristo? cuál será más diabla? " por supuesto fuimos expulsados de la iglesia porque nuestra reputación de buenos católicos no le llegaba a los tobillos a las dos señoras.
Juro que traté de hacer el catecismo, como toda buena católica, pero ante la impotencia del catequista para responder a mi incógnita de como había hecho Cain, que había sido el sobreviviente después de matar a Abel, para propagar la especie, si para entonces la única mujer era Eva su propia madre, fue más simple firmar las fichas de cada día de catecismo y exonerarme de la asistencia para evitar contagiar a los demás niños con cuestionamientos impertinentes.
Mi prontuario empeoró con el tiempo, me sacaban de la iglesia por diferentes motivos, blusa sin mangas, pantalón sugestivo, no confesarme el primer viernes y alguna vez porque llevé mis propias hostias escondidas en mi corpiño para darme yo misma de comulgar ante la negativa del cura de darme la  comunión en castigo por no confesarme el primer viernes de cada mes, o por algun pecado no confeso del que él se enteraba. En fin, puedo decir que yo no me salí de la iglesia. A mí literalmente me sacaron de allá.
Y eso fue algo que agradecí, cuando comprendí que los hombres eran más fácilmente dominados por su energía sexual que las mujeres, entonces le pregunté ( después de preguntarme a mí misma) al sacerdote del pueblo de turno donde vivíamos ¿cómo se le había ocurrido a la iglesia nombrar para el sacerdocio a un hombre en vez de una mujer, y con el agravante del celibato? "padre, es que eso es imposible, si los hombres no es que no quieran, es que no pueden dominar sus genitales, si el celibato es indispensable para ejercer el sacerdocio, debieron pensar en las mujeres, nosotras tenemos mejor control sobre eso"
Y ahí llegó el desencanto total con la institución, más no con la religión. Tomé la decisión de construir mi propia conexión directa con Dios y prescindir de los servicios intermediarios de una institución tan mal pensada. Y bueno el tiempo me ha dado la razón. Si miramos las historias de tantos hombres que han pretendido ser maestros espirituales son muchos los que han terminado abusando sexualmente a sus creyentes.
Bikram Choudhury y Joao Teixeira son algunos de los más famosos, quienes aparentemente tenían el don espiritual, el liderazgo y el poder de convocatoria, pero a quiénes la falta de dominio de su energía sexual les arruinó su despertar espiritual.

Nunca pude lidiar con el concepto religioso de pecado, que en realidad significa "no dar en el blanco" un significado más benevolente y que me gusta más. Por eso para mí fue importante el día que mi madre me emancipó de la religión demostrándome así su respeto por nuestras diferencias.
Ésta fue la primera de muchas piedras que me saqué y que me han permitido una existencia más satisfactoria.



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