FUIMOS PRÍNCIPES SIN REINO

 

Un 5 de noviembre durante muchos años celebré el cumpleaños de mi bien amado Holmes, lo nuestro fue amor a primera vista, un amor sin explicación a pesar que la sociedad nos la pidió muchas veces.

Conservamos la intensidad de ese amor instantáneo hasta el día de su prematura muerte, en el mes de febrero de este año. Nos unió una concepción del amor libre y un estilo de vida consecuente con ese ideal de libertad que compartíamos.

Él me llamaba "su princesa" y yo le decía "mi príncipe" aunque ninguno de los dos creía en monarquías, quizá era nuestra manera de ridiculizar a los verdaderos príncipes y princesas. 

Juntos enfrentamos tormentas con la paz de nuestros sentidos intacta, fue mi cómplice de locuras, el que se atrevía a todo lo que mi mente inquieta le proponía, nada de mí le resultaba escandaloso o atrevido yo era la puerta que se abría a lo desconocido y él era capaz de adentrarse por esa puerta con los ojos cerrados porque su confianza en mí era a toda prueba.  

Tengo un baúl enorme lleno de recuerdos con él, yo que pensé que me iría antes por nuestra diferencia de edad y que sería él quien cargaría con ese baúl de recuerdos, aquí estoy, ataviada con su presencia que no termina de diluirse por completo, que por momentos me sumerge en negación, en rebeldía y en una melancolía infinita. 

En el lugar que sea que te encuentres debes estar soltando esa carcajada llena de desparpajo tan tuya, complacido de que esté compartiendo en mi blog nuestra historia. 

Somos polvo de estrellas.