ACTIVIDAD PARANORMAL

Nunca he creído en las apariciones de los muertos, ni en espíritus rondando entre los vivos, me gustaba escuchar este tipo de historias como parte cultural y folclórica de algunos pueblos, he sido escéptica, con una mira más bien científica al respecto. Pero en este punto de los acontecimientos que han ocurrido en mi vida en las últimas dos semanas ya no tengo más remedio que creer, como dicen por ahí ver para creer. Tampoco llegué a imaginar que de ser ciertas esas historias yo fuera a vivirlas, más aún que algún día le temería tanto al espíritu de mi madre como de hecho me está pasando.
Desde que ella murió nos han llegado historias de diferentes personas que cuentan que ella ha tratado de comunicarse con ellas. Lo primero que pasó fue la llegada de las fotos que alguien tomó durante el funeral, en  algunas de ellas se vislumbra claramente una luz blanca, en el video también se ve la misma luz blanca moviéndose entre las personas. Al principio escuché esas historias como parte de la fantasía de las mentes de quienes la amaron y posiblemente estaban en negación respecto a la pérdida, de repente las historias que escuchaba empezaron a darme escalofríos, y finalmente   empezaron a ser vividas por nosotros mismos en la casa que ella ocupara en los últimos años. Objetos que desaparecen de su sitio para aparecer luego ante nuestros ojos en el lugar menos esperado tuvieron siempre el beneficio de la duda y alguna explicación lógica que yo trataba de forzar en mi imaginación. Los sueños que Amelia la empleada, tiene con ella, son claros y precisos; y nos hacen dudar de que ella haya partido tan satisfactoriamente como yo hubiera deseado. Con el paso de los días la estancia en casa de mi madre se hace más difícil, su presencia se hace cada día más tangible, y lo peor de todo es que ninguno de los que estamos aquí sabemos como manejar esa situación. 
Anoche mientras orábamos por su descanso eterno, mi hija gritó de repente y saltó de su asiento, sintió la mano de alguien posándose sobre su hombro derecho. fue una noche larga, casi no conciliamos el sueño y decidimos dormir hacinados en una sola habitación por temor a dormir cada uno en su lugar. Mi hija piensa que mi madre se manifiesta porque está molesta con ella porque no va a las misas que se están celebrando por su alma, pero yo me resisto a pensar que el alma siga siendo presa de emociones egoístas cuando desencarna. 
Hace una semana luego de deliberar sobre cual parroquia debíamos elegir para sus misas, ya que la parroquia en donde ella vive cobra como si fuera el estrato más alto de la ciudad, aunque el recibo de los servicios dice que el estrato es inferior, lo hice sobre todo por rendirle un homenaje a ella dentro de lo que fueron sus ritos y creencias religiosas. También pensando en lo que fuera mejor para el descanso de su alma. Pero debo decir que la experiencia del reencuentro con las misas aquí no ha sido el mejor. 

Tuve la oportunidad de asistir a una misa en la parroquia de mi madre, que mandaron a decir sus amigas, durante el sermón escuché toda clase de juicios de valor respecto a diferentes tipos de personas, en un lenguaje falto de elegancia, diplomacia y amorosidad, todo para explicarnos una parte del evangelio, mientras lo escuchaba pensaba en la cifra tan grande de dinero que pagaron las amigas de mi madre en esta parroquia por una misa para ir a escuchar un sermón tan pobre espiritualmente hablando y que no me aportó más paz, ni una mejor relación con la institución. Por el contrario me dejó al desnudo un pobreza muy grande en las instituciones que dicen representar a Dios, fue inevitable pensar que se están enriqueciendo materialmente, más no espiritualmente. al finalizar la misa el sacerdote tomó atrevidamente y sin pedir permiso  nuestro tiempo para entregar esa dosis de miedo que parece una tendencia natural, es como si no estuviéramos satisfechos con nuestra dosis natural de miedo, sino que además nos sentimos impulsados a esparcirla entre la mayor cantidad de gente posible. Habló del peligro que corremos con las sectas satánicas para lo cual explicó con más detalles de los que conozco los ritos que ellos practican, temía por que sus hostias consagradas fueran robadas, mientras yo pensaba porque no se  las llevaba consigo  para protegerlas. También le preocupaba que en una casa de su parroquia vivían personas de tres diferentes religiones y que no conseguían vivir en paz. Tuve la sensación de que lo que más le interesaba era demostrarnos que estar en otras religiones no le aportaba paz a nuestra alma, aunque de todas maneras estar en su misa tampoco lo hacía al menos con la mía. Y finalizó alertando a la comunidad  y educándonos sobre las diferencias entre los sacerdotes católicos y los guadalupanos para que no cayéramos en sus redes. Me pareció escuchar a los vendedores de productos faciales educándolo a uno sobre la calidad de sus productos para que no le compremos a la competencia.
Con todo esto, hoy me he despertado con una duda que me inquieta: como no me gusta hacer parte de nada en lo que no creo, he estado pensando en el temor de mi hija y en su culpabilidad respecto a su resistencia a ir  a las misas, y en el desinterés que tengo actualmente en regresar a una misa como la que he descrito. En el caso hipotético que el alma de mi madre quiera que vayamos a sus misas, tendré que elegir entre satisfacer la necesidad de su alma y satisfacer las necesidades de la mía, lo cual deja en evidencia para mi que hasta después de muerta las diferencias religiosas y espirituales entre mi madre y yo siguen vigentes. Pero además tendré que evaluar si es mi ego el que se resiste a presenciar una misa tan pobre espiritualmente, o si es el ego de mi madre que sigue de alguna forma anclado en algún plano pidiendo que su deseo sea satisfecho.
Me pregunto si dentro de la tarifa de las misas estará incluído mi derecho a solicitar que la misa sea estrictamente un  ritual sin el chismorreo acerca de las conductas de los pecadores, y si podrė incluso  escribir mi propio sermón para que el padre sólo lo lea o lo memorice. En todo caso sugerirlo me dejará claro los detalles de la tarifa y los derechos del consumidor.



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