ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO.
Siempre que vengo a Colombia termino confundida con la situación económica de aquí, por un lado muchos emigran porque se supone que aquí el poder adquisitivo es más difícil, pero por otro lado muchos aspectos de la economía de aquí funcionan como si el poder adquisitivo fuera mejor que en en el exterior. Por ejemplo en los bancos el valor máximo a sacar por día oscila entre los ochocientos mil pesos y el millón doscientos mil pesos, pero ese valor hay que dividirlo como en tres transacciones ya que el valor máximo que uno puede sacar por cajero cada vez es de cuatrocientos mil pesos, y por cada transacción el banco debita tres mil pesos, de esa forma se aseguran nueve mil pesos por concepto del retiro del valor máximo diario. Por supuesto todas estas políticas están pensadas en la "seguridad" de los usuarios, aunque la sensación que uno experimenta es de que está siendo robado, de manera legal, pero robado. Si alguien le deposita a uno dinero en otra ciudad, así sea dentro del país hay que pagar nueve mil setecientos pesos por canje. Estas tarifas son de Bancolombia, tengo entendido que las cifras cambian dependiendo del ladrón. Como quien dice sino es para Dios será para el diablo, si andamos con el dinero en los bolsillos nos roban en la calle o hasta en la misma casa, pero si lo guardamos en los bancos también nos roban, no parece haber realmente una alternativa para el cliente.
Lo más curioso es que cuando uno hace alguna transacción jugosa en Colombia los bancos lo asaltan a uno con documentación de toda índole que pone en duda la honradez nuestra, cualquier cifra extra por pequeña que sea y que supere el saldo promedio es sospecha de enriquecimiento ilícito, me parece que si hay alguien que se enriquece ilícitamente esos son los bancos, quienes aumentan sus ingresos no sólo trabajando con nuestro dinero, sino cobrando por todo, desde la consulta del saldo por la cual se cobran mil pesos hasta la transacción más mínima que uno realiza.
Lo que más me sorprende es como la gente sigue sosteniendo este sistema y siguen conservando cuentas bancarias que los drenan económicamente, uno ve en las redes sociales toda clase de protestas , pero nunca he visto protestas por este tipo de políticas absurdas.
El panorama de las casas de cambio es tan pobre y sugiere una miseria tan grande, que no permite que el turista se antoje a permanecer mucho tiempo aquí. Solo cambian cien dólares diarios por persona, o cien euros diarios, los colombianos que llegan aquí con moneda extranjera se ven en la obligación de llevarse amigos y familiares a que les ayuden con el cambio, pero no me imagino a un turista consiguiendo una persona de buena fe para que le cambie sus dólares que entre otras cosas es dinero que invertirá en el país, que dejara aquí.
El otro día en la Loma de San Antonio en Cali, coincidí con un turista extranjero que no hablaba muy bien español en un puesto de artesanías, le ayudé con la traducción mientras trataba de comprar valor de ciento cincuenta mil pesos en mercancía, pero el hombre no tenía sino dólares, y la mujer del puesto solo recibía pesos, cuando le pregunté porque no había cambiado moneda, me dio la noticia, pues hasta el momento yo no había necesitado cambiar dinero, y me dijo que estaba siendo mejor para él abstenerse de comprar cosas en donde no le recibían tarjeta que tener que pasar por la penosa experiencia de ir a una casa de cambios. Pero ademas me contó, que si pagaba con tarjeta no sólo le tenía que pagar al banco por transacción internacional sino que además algunos almacenes le cobraban hasta el tres por ciento por cada transacción. Terminó diciendo que Colombia es muy bello pero que es un país en vía de desarrollo al que le falta mucha infraestructura para recibir al turista y coincidió conmigo en que no se sabía de quien había que protegerse más cuando de dinero se trataba, si de los ladrones de la calle o de los ladrones con licencia para robar, finalizamos la conversación filosofando en que por lo menos cuando nos robaba el ladrón de la calle, nos llevábamos la ilusión de que el dinero a lo mejor le habría dado de comer a una familia pobre, mientras que el dinero que nos arrancan los bancos y las tiendas de marca, sólo engrosan la cifra de ricos y por ende de pobres.
Me quedé pensando en todo esto, porque a propósito de pobreza, tengo la sensación de que es un estilo de vida, muchos "pobres" se aseguran de seguirlo siendo para conseguir la compasión de los demás y con ello obtener dinero sin tener que trabajar mucho, de esta manera la pobreza se convierte en un negocio lucrativo del que muy pocos se percatan (incluso a veces ni quien está inmerso en la condición de "pobre") de alguna manera este modelo lo ha copiado Colombia, mientras siga manteniendo la imagen de país necesitado, en crisis y con una significativa población de pobres, seguirá comportándose como un buen pobre, es decir succionando de diferentes medios el dinero para sobrevivir como país, sin importar si ese dinero que succiona es del mismo pueblo que trabaja sin parar para dejar su dinero en manos del "pobre" mayor que siempre absorbe y absorbe pero que no sale de la "pobreza".
Este es apenas el aperitivo de una serie de irregularidades con que me he encontrado en este mi regreso a mi tierra, lo que más me sorprende es la pasividad de la gente que se conforman con decir "así son las cosas en este país " alguna vez escuché decir que Estados Unidos es el país de la feliz mediocridad, en ese sentido Colombia también lo es, quizá no sea un asunto de países, sino del momento que estamos viviendo.
Durante esta visita a Colombia he visto la corrupción en su más fina expresión desde el más alto nivel hasta el más bajo, tengo la penosa sensación de estar en la jungla donde el fin justifica los medios, donde la ley del más fuerte intelectualmente para depredar a los demás nos hace lucir como animales en lucha por la supervivencia, y quizá por eso nadie tira la primera piedra, porque nadie esta libre de pecado.
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