EL MAGO
A ti Peter, mi héroe de estos tiempos, hasta que llegue otro…vos sabes que todo es perecedero Durante mucho tiempo devoré con sevicia cuanto libro de la nueva era pasaba por mi mano, sobre todo los que tenían que ver con el Feng Shui. Las velas también formaban parte de mi ritual diario, convocando las energías para que confluyeran todas en mi rueda de la fortuna y por fin todos aquellos suplicios y carencias que yo consideraba obstáculos para mi felicidad, le dieran paso a la abundancia que siempre promete ser la llave de la realización personal. Cada primero de enero, mientras los demás dormían su guayabo de la borrachera del último día del año, yo me entregaba a los recortes de revistas donde plasmaba mis deseos para el nuevo año y los convertía en un enorme mapa visual que mi amiga Dunia me enseñó a hacer y que ella llamaba el mapa del tesoro. Confieso que la mayoría de los deseos me eran concedidos, sólo que no de la manera directa que yo pedía, pero si a la peculiar...