EN…CINTA


Nunca me ha gustado quedar registrada en video,  por eso el día que me entrevistaron en el Show de Nancy y su productor me preguntó si tenía más material audiovisual, me quedé literalmente paralizada, como si hubiera olvidado que la entrevista era para televisión y que la pregunta era apenas normal.

Ese día comprendí que mi carrera me estaba llevando por un camino donde seguramente sería filmada muchas veces y que tenía que empezar a reconciliarme con esa idea con la que obviamente estoy mal relacionada. Cuando ella me envió el programa por youtube, me sentí desnuda, como lo sentí cuando me entregaron el video de mi monólogo “Llanto a mi misma” y como me siento cada vez que alguien sin mi autorización ha hecho video de mí y después me lo enseña.

Desde entonces estoy trabajando mucho más que en reconciliarme con esa imagen que no quiero ver de mí, en averiguar que es lo que me molesta tanto de esa imagen, que no tiene que ver con el anacrónico movimiento de mi cuerpo, y si más bien con mi rostro. Para esta labor he decidido pedirle a alguien que filme los eventos en los que he participado últimamente, para explorar más las emociones y los sentimientos que me genera el verme a mi misma en video.

Recuerdo la primera vez que me vi en video, mi hija me había dado una fiesta de cumpleaños sorpresa con mariachis y alguien estuvo filmando durante la fiesta, ya que el video formaba parte del regalo que mi hija me estaba haciendo. Fue muy impactante para mí, verme en un contexto completamente diferente al que yo creía que me desenvolvía, vi a una mujer autoritaria, con una expresión dura en su rostro, demasiado seria la mayor parte del tiempo, a pesar de que estábamos en un fiesta y la estaba pasando muy bien, pero sobre todo mi expresión era ante todo intimidadora. Aunque el video solo podía producir lágrimas de alegría, me sorprendí viendo aquel video y rompiendo en un llanto desesperado cuyas lágrimas eran de una composición química sospechosa, el mismo llanto que me acude en este momento en que la escena emerge en mi memoria…



No recuerdo cuantas veces vi ese video y siempre que lo vi lloré, las últimas veces que lo hice, me di cuenta que lloraba porque pensaba en mi pequeña hija, ahora ya adulta, teniendo que convivir con una mujer tan dura como yo lucía en el video, y que si yo hubiera sabido que así es como me veía ella, seguramente habría hecho algo al respecto para modificar esa imagen. Pensé en aquel momento que el espejo es un gran  mentiroso, porque nos devuelve la imagen que nosotros manipulamos, mientras que el video es un testigo cruel que nos persigue en vivo mostrándonos hasta las más crudas imágenes por las que el maquillaje no  puede hacer nada.

Yo jamás me concebí a mi misma como me veía en ese video, con esa expresión tan rígida, pero sobre todo tan intimidadora, con la que mi pobre hija tuvo que crecer. Me consoló la idea de que ella se haya acostumbrado a esa imagen de esa mujer que para mí era un completa extraña que acababa de conocer, que posiblemente ella ya me podía ver como yo me concebía y no como me veía en esa imagen, a lo mejor y la ley de causa y efecto estaba invirtiendo los acontecimientos y estábamos en ese momento en que yo me había convertido para mi hija en la mujer dulce que yo pensaba que proyectaba y ahora me tocaba a mi conocer a aquella mujer dura que la tecnología me había reservado para el futuro, en algún pacto con los dioses.

Alguna vez que quise ver el video de nuevo, pero se había dañado, como si hubiera existido sólo para un propósito especifico, después de eso he venido mirando con detenimiento los nuevos videos que me han hecho y aunque esa imagen de mi rostro no me deja en paz y dista mucho de la imagen que tengo de mi misma y de la que quiero proyectar, cada día empiezo a aceptarla más, a entender las dinámicas de muchas relaciones de mi pasado y sobre todo a comprender porque mucha gente me malinterpreta a veces cuando doy un mensaje, y que seguramente necesitaré más dulzura a la hora de hablar sobre ciertos temas, de la que necesita otra persona.

Una cosa si tengo clara, en el camino de auto conocimiento el video juega un papel muy importante, por lo que recomendaría a las personas pedirle a alguien les que haga video a escondidas, para que se pillen esas cosas que los enemigos nos gritan con rabia, que nosotros desaparecemos de nuestro panorama social para evitar esa confrontación con nuestras sombras; y que nuestros amigos se callan para poder permanecer a nuestro lado, porque han aprendido a vernos mas allá de la fachada y a explorar en las fauces de nuestra alma y de nuestro corazón.




Comentarios

Entradas populares de este blog

HADA DE LAS ALAS ROTAS.

LA SEXIGENARIA

LA RESURRECCIÓN DE COQUITO