SOBRE UN PAR DE TACONES.
Conocí a Hilda Arzeno hace varios años a través
de su blog instinto femenino, y aunque no nos conocíamos en persona, de tanto
leerla sentía que ya la conocía, lejos estaba de imaginar que me tenía
reservada su generosidad ilimitada, para cuando nos viéramos personalmente en
Santo Domingo.
Pactamos una cita para el sábado en la
noche y fuimos juntas a ver el concierto de Claudio Cohén, un personaje muy
conocido en Santo Domingo por su labor social y porque es un artista integral
que lo tiene todo para haber llegado a donde está. Fue una noche maravillosa,
la presentación estuvo a la altura de las mejores que mis sentidos hayan
disfrutado, una compañía de ballet acompañó algunas letras de Juan Pablo Duarte
de quien se celebrada el bicentenario de su nacimiento y a las que Claudio les había
puesto música, uno no sabía que disfrutaba más si la música o los movimientos
de aquellos bailarines que hacían de toda aquella danza un trazo en el aire por
el más experto dibujante.
Una joven adolescente ciega emergió en el
escenario con una voz prodigiosa que estremeció la sala, me quedé pensando en
la sonrisa de aquella joven ciega y en sus ojos perdidos en horizontes
inexistentes para ella, y en las múltiples razones que debía tener para estar
enojada con la vida, deprimida, molesta, llena de resentimiento etc. y en como había
optado por cantarle a la vida y en hacer gemir una voz que obviamente era su más
importante arma de conquista en este mundo, lloré cuando escuché su voz cantar
el coro de la última canción “gracias por darnos tanto” un coro que aún hoy
cinco días después sigue resonando en mi mente como un himno de agradecimiento
que está claramente vivo en las calles de Santo Domingo y en el corazón de sus
habitantes.
Con Hilda, poco antes de entrar al concierto de Claudio Cohén |
Hilda no sólo nos llevó a regalar su libro
“Instinto Femenino” a mi amiga Ada y a mí, sino que se apareció con un regalo
para mí, y nos invitó a cenar a un exquisito restaurante, donde ella hizo gala
de todo el esplendor de la mujer que es, con una poderosa y sensual voz dirige
un programa de radio que se llama “sobre un par de tacones” a donde nos invitó
el lunes a primera hora.
Nos regaló todo el espacio de ese día, mi
amiga Ada declamó su poesía histórico-erótica y yo hice gala de toda esa
irreverencia literaria que me caracteriza, la cual fue muy bien acogida tanto
por Hilda como por su amiga Honey y todo su equipo. Con mi libro “Dios usa
pantalones de jeans” en mano su compañera Ignaura Tejeda abrió el libro en una
página cualquiera y cayó justo en la oración de agradecimiento a mis caderas,
cuando coincidencialmente estábamos hablando al aire de mi monólogo “Llanto a
mi misma” que tan relacionado está con el tema de mis caderas. No cabía duda de
la sincronía que había allí, y siempre he pensado que cuando hay sincronía el
universo está cocinando algo.
Hilda le abre paso a la mujer en su
programa, que entre otras cosas los viernes se quita los tacones y camina descalza
entre la audiencia para hablar de aquellos temas con los que la sociedad nos
tapa la boca. Aunque el programa en que estábamos, estaba siendo emitido un
lunes, Hilda y su equipo nos permitieron quitarnos los tacones y caminar a
nuestra sutil y peculiar manera por ese terreno pantanoso que sigue siendo la
autoestima y el erotismo femenino. Un hombre nos llamó por teléfono y se
expresó muy bien de las mujeres en general, hizo hincapié en la energía que
usamos diariamente cuando nos levantamos sólo pensando en como vamos a lucir,
no tanto para nosotras mismas sino para los demás, porque de alguna manera
nuestra propia aprobación está en manos de la que recibimos de los demás.
En “sobre un par de tacones” vi a tres
mujeres taconear por sus propias fauces sondeando las profundidades de la
conciencia femenina colectiva y fertilizando ese vientre cósmico femenino con
ideas y conceptos de los que no se habla, pero que ellas lo hacen con micrófono
en mano.
Gracias Hilda y a todo tu equipo por
“DARNOS TANTO”
En la foto la chica invidente con Claudio Cohén y su copresentadora. |
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