EL DÍA QUE FUI OBJETO SEXUAL.

 

En estos días uno de mis ex pretendientes me confesó que yo había pasado de  ser un buen prospecto de pareja para él a convertirme en un simple objeto sexual, todo porque he construido una imagen tan fuerte de mujer liberada a la que él no puede enfrentarse, por supuesto que me sentí halagada, imagínense! los que conocen mi largo historial con la tiranía de la forma, o los que vieron "Llanto a mi misma" comprenderán que para mí, ser considerada un objeto sexual es todo un logro, después de todo cuantas mujeres condenadas al anonimato sexual han dado ese salto cuántico en una sola encarnación?.

 

Pero después de mis cinco segundos de fama, me quedé pensando (los objetos sexuales también pensamos ) que no deja de ser una visión reduccionista de las mujeres, porque me dejó ver que sólo tenemos dos utilidades en el mercado masculino, o somos mujeres para relaciones de pareja o somos objetos sexuales, dejando por fuera  la gama de grises, la infinita gama de posibilidades en la que se puede convertir un encuentro,  la valoración de las mujeres por su diversidad  y la oportunidad de permitirnos co-crearnos a nosotras mismas cada día, pero sobre todo la infinita capacidad de cambio que tiene el ser humano.

 

¿No es curioso que a los hombres se les permita ser inteligentes, sexys, espirituales, productivos, exitosos y si se puede hasta strippers todo en el mismo paquete y son vistos no sólo con naturalidad,  sino que hasta se siente reverencia por sus múltiples facetas y el uso de las mismas? Pero las mujeres tenemos que estar metidas en escasos y rígidos  moldes conceptuales para ser consideradas personas serias y dignas de aspirar a una relación formal con un hombre. Ser una mujer sexualmente liberada no significa promiscuidad sexual, como muchos piensan, significa que nos hemos apropiado de nuestra vida y de nuestro cuerpo y que ahora elegimos, no somos elegidas pero lo más importante hemos renunciado a sentirnos avergonzadas y culpables por ello.

 

Y pensar que me hubiera podido enamorar de éste hombre, que presentaba síntomas severos de ser EL HOMBRE, los síntomas desaparecieron después de que mi intuición me anunció ese cambio de estatus tan repentino, y que ahora él mismo confirma. Recordé aquel día a una mujer que solía ser mi ginecóloga, una mujer exquisitamente brillante, que gozaba no sólo de juventud sino de una belleza increíble y quien estaba felizmente casada con un hombre cuyos únicos intereses en su vida eran su trabajo como contador, la cerveza y el fútbol. Me comentó una vez  que una mujer inteligente todo lo que necesita es un hombre con la mayor simplicidad posible, con ello se evitan líos matrimoniales, en éste momento empiezo a considerar ésto como una de esas perlas de sabiduría que en su momento no supe apreciar, porque evidentemente a los que prometen ser un poco más complejos y ser intelectualmente estimulantes, les sigue pudiendo su cerebro reptiliano.

 

Me quedé pensando en la energía que se invierte conociendo a alguien que con una sola frase nos hace comprender lo que dice Eckhart Tolle "Lo que convencionalmente llamamos "amor" es una estrategia del ego para evitar rendirse. Estás buscando a alguien para que te dé eso que sólo puede venirte en el estado de rendición. El ego utiliza a esa persona como un sustituto para no tener que rendirse". Y concluí  que todos los encuentros son sagrados, pero también los desencuentros lo son.

 

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