EL PADRE INCOMPLETO

 


En una realidad paralela vive la otra mitad de mi padre, el que hubiera perfeccionado a mi padre incompleto. Y me pregunto si realmente fue incompleto o la incompleta es mi comprensión de la dinámica que protagonizamos en éste plano. Me pregunto si al elegirlo, hice una mala decisión y desde entonces me condené a mi misma a elegir mal a los hombres de mi vida. Me respondo que no, que no elegí mal, que el mejor padre del mundo tiene una naturaleza masculina que estamos muy lejos de comprender y por ende de aceptar y abrazar.
Me pregunto cuando veo a esas hijas adorar a su padre, qué se siente tener una figura paterna presente en la vida, que nos abrigue de seguridad, una suerte de superheroe que todo lo puede, ese hombre productivo que puedo proveer todo para su familia, ese que le brinda la tranquilidad a sus hijos para que puedan crecer y estudiar sin el peso del miedo y el estrés por la supervivencia. Me pregunto si todo es así de perfecto para ellas como lo imagino, o si ese padre cojearía de otra pata que no cabe en mi imaginación.
Me pregunto tantas cosas, y con mi mente limitada al respecto sólo puedo dejar abierta la posibilidad de que en un universo paralelo yo haya disfrutado de un padre completo. 

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