SOLTERA PERO NO DISPONIBLE (SEGUNDA PARTE)

 Cuando ya estaba literalmente en luna de miel conmigo misma empecé a percibir las consecuencias de ser una mujer soltera en una sociedad perfectamente entrenada para vivir en pareja. Mis amistades ya no me invitaban a sus eventos porque era un elemento dispar. No sé si, eso afectaba la dinámica de las fiestas, o amenazaba la seguridad de las demás mujeres que temían que una soltera fuera vista como posibilidad de amante para sus esposos.

Muchas me dijeron que mientras estuviera sola ya no habría más salidas e invitaciones porque ellas todo lo organizaban en parejas, recuerdo haberles respondido "no sabía que lo de ustedes era un club de swingers"
Así quedé distanciada de mis amigas que tienen pareja y mi círculo social mutó, supongo que como parte del cambio. No se puede esperar un cambio con todas las fichas en su mismo lugar.

La presión social que recibimos las solteras por tener pareja es enorme, es como si la vida no estuviera concebida para vivir solas. La pregunta obligada tras el saludo que se nos hace a muchas solteras van desde el "¿cuándo te piensas ORGANIZAR de nuevo?" hasta "¿no has PODIDO encontrar pareja?" Ignoran el mensaje de minusvalía que contienen estas y otras frases donde las mujeres solteras somos invalidadas por el sólo hecho de no querer lo mismo que las demás.

Durante una conversación con una mujer que me hizo una de estas preguntas me di cuenta que el problema no era que yo no tuviera pareja. El problema era que ella la tuviera, y no gozara de la libertad de prescindir de su pareja. Tenía envidia, así de sencillo, porque en un país como Estados Unidos estar en pareja no es una opción es una imposición económica, por lo tanto, no es soltera la mujer que quiere serlo, sino la que puede, la que se puede dar el lujo de velar por si misma, y ese lujo no implica tener poder económico, sino más independencia emocional para querer  vivir en la riqueza y en la pobreza  ya no con otro, sino con uno mismo.

No obstante hice un experimento, durante dos años le renté solo a hombres, una habitación en mi antiguo apartamento que tenía 3 cuartos. Tener un "roommate" me ayudaría a ver como estaban mis destrezas de convivencia con el gremio masculino, y comprobar el rumor de que en su mayoría son desordenados y con algunos problemas de higiene.
La prueba fue fallida, la compañía de un hombre no ha vuelto a ser tan atractiva para mí como la  mía propia. Lo hace peor la idea de servirle sexualmente a un solo hombre por el resto de mi vida, algo comparable solo con la esclavitud. Nací para ser soltera, antes no lo sabía, ahora si.

Pero es que además, qué podría estar haciendo yo en pareja de nuevo si es que yo no creo en la fidelidad ni en la monogamia. La primera es el equivalente a creer en el ratón Perez y la segunda en Santa Claus. 



Comentarios

JG ha dicho que…
Gran articulo, creo que Lumediana es una mujer muy adelanatda para su tiempo y que tiene una capacidad de analisis superior.

Entradas populares de este blog

HADA DE LAS ALAS ROTAS.

LA SEXIGENARIA

LA RESURRECCIÓN DE COQUITO