SOLTERA PERO NO DISPONIBLE

 LECCIÓN  5

Estoy llegando a la edad en que hablo de la juventud como algo que me pasó en una vida anterior, en que la música moderna y la moda contemporánea me fastidian, en que me asusta que la heroína de nuestros jóvenes sea una chica alexitimica y en que los enamorados besándose en la calle me producen compasión porque no saben hacia dónde están siendo conducidos en nombre de la propagación de la especie, una especie que no parece digna de seguirse propagando. 

Lo más esperanzador es que muchas personas que están en mi rango de edad no piensan como yo. Incluso muchos han reanudado la búsqueda de pareja y miran el resto de sus vidas con la esperanza de por fin encontrar a su media naranja, lo cual no deja de ser triste porque significa que han vivido una vida de naranjas incompletas.

Yo llegué a la soltería involuntariamente, no soy muy diestra terminando relaciones afectivas, aunque cuando lo hago soy firme y puedo ser dura en el proceso. Pero de mi último matrimonio, fui sacada en contra de mi voluntad. Lo siguiente que pasó fue que me di cuenta que nunca había vivido sola. Ahí estaba yo entrando en la década dorada de los cincuenta viviendo sola y enterándome que todas las historias de terror acerca de la soledad habían sido sólo eso, historias de terror, seguramente imaginarias, porque la soledad me resultaba, y me sigue resultando, tan cómoda y maravillosa como jamás me permití imaginarlo. Decidí regalarme un tiempo para gozarme a mi misma y cumplir con el sueño de hacer algunos viajes largamente deseados y que es tan difícil hacer en pareja porque hay que tener más presupuesto y organizar los tiempos de vacaciones sin contar con la negociación del lugar elegido.

Encontré maravilloso poder elegir mis destinos y tener el tiempo y el presupuesto sin tener que pensar en alguien más, era como saborear la palabra libertad por primera vez. Y que decir de la libertad de tener mi espacio a mi gusto, en fin, me fui acostumbrando a estar sola hasta llegar a enamorarme de mi misma y de mi soledad.

Un día me di cuenta que había llegado a las relaciones de pareja porque era lo que se esperaba. Es decir, nos educan no solo dentro de la heteronormatividad, sino dentro de una especie de monogamia normativa. Si yo hubiera tenido a la mano el conocimiento y el nivel de conciencia que tengo ahora, jamás me  hubiera casado, Pues desarrollé una habilidad para atraer tipos que no podían proveer ni para ellos mismos.


En mi soledad comprendí que siempre fui una mujer de muy pocas aspiraciones o quizás muy básica. Mi sueño siempre fue ser una madre campesina con unos cinco hijos y un esposo comprensivo que administrara bien los negocios de la tierra para vivir bien, y claro está con el tiempo hasta tener Internet para poder usar las redes sociales y publicar fotos en instagram diciendo " ser orgullosamente mantenida si se puede, bendecida y afortunada". A cambio fui
sacada de la zona rural y puesta en las grandes ciudades y hasta fui sacada del país a lugares que jamás estuvieron en mi imaginación porque siempre fui mala estudiante y pésima en geografía.


Pero ¿cómo me convertí en una soltera no disponible? Esa historia es mejor contarla en la siguiente publicación  (to be continued)




Comentarios

Alexander ha dicho que…
000 Gracias por compartir. Paradojicamente me recuerda la historia de lo que muchos llamaban la viuda alegre. Listos pa’ la próxima entrada de blog!!!

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