CERRAR LA BOCA Y ABRIR LA MENTE
Creo que soy de las pocas Colombianas que no se alegró con la muerte del Mono Jojoy, al contrario estoy muy triste, profundamente triste por mi país, que piensa que expresando alegría por la muerte de alguien está siendo proactivo, triste porque una vez más estamos demostrando porque nos merecemos lo que nos pasa, porque no hemos comprendido que los demás sólo son nuestro espejo, y que alegrarse del mal del otro es alegrarse del mal propio. Triste porque esto no es evolución, es retroceso, es pactar con lo más primario del ser humano, estamos al nivel de la caverna, ojo por ojo y diente por diente. Esperamos combatir algo de lo que nos seguimos equipando.
Es cierto que el señor Mono Jojoy hizo muchas cosas que lastimaron el país, debemos condenar las conductas del hombre no al hombre, de todas maneras es un ser humano, que tuvo madre, familia, posiblemente hijos, que por más “malo” que haya sido, alguien lo debe llorar, y eso merece respeto, eso es lo que nos hace humanos, el respeto por el dolor del pariente de la fiera, por depredadora que haya sido. Pero siendo egoístas mostrar respeto por la muerte de un ser humano al margen de sus malas conductas es más un acto de amor propio que de amor por el otro, habla más de nosotros que del otro.
Siento pena ajena de leer todos los comentarios que reflejan tanto veneno en contra de este señor, con eso no lo estoy justificando, simplemente le estoy perdonando lo que hizo, sobre todo porque ninguno de los que tenemos algo que opinar en contra de él, podemos estar seguros que algún día en nuestras generaciones venideras tendremos un ser humano tan equivocado como él, no estamos libres de pecado al respecto. Ver las entrevistas de las familias de ex narcotraficantes y conocer el calvario que han vivido por cuenta de la condena pública me hace más sensible a la posición del adversario.
Nuestro lenguaje, sobre todo el que usamos en público, debe inspirar a crear conciencia, descontento e inconformismo para ser proactivos, no para despertar reacciones violentas que siempre desencadenan en más violencia. No le demos más motivos al mundo para decir que somos una sociedad patológicamente violenta, porque ese trabajo lo estamos haciendo muy bien. Tampoco tiene sentido alegrarse por la muerte de una sola persona que le ha hecho daño al país, después de todo lo peor que pudo haber hecho el Mono Jojoy ha sido hacer pública su “maldad”. Recordemos que tenemos muchos lobos con traje de oveja que hacen peores cosas y además se les dan medallas y se les trata como a hombres de bien. Antes de alegrarnos por la muerte del adversario, pensemos, aprendamos a discernir, a no caminar por donde va Vicente y a no tragar entero.
Si siempre estamos sembrando la misma semilla, sólo podremos obtener más del mismo fruto, diversifiquemos esas semillas para que obtengamos la cosecha de paz que tanto hemos anhelado.
Comentarios
fredy