LA CALLE DEL PECADO.
Durante mi infancia los prostíbulos tuvieron para mi un nivel de protagonismo superior al que tienen para la mayoría de los niños, por lo que nunca estuve segura hasta que punto eran tan malos como la gente los pintaba. En “La cita” que así se llamaba el prostíbulo de Yalí el pueblo donde nací era donde esperábamos el bus para ir a Vegachí o a Yolombó, poblaciones que visitábamos en aquel entonces, por lo que pasaba largas horas sentada en una de las cantinas donde no había mucha acción, a decir verdad he visto mas acción en sitios más sacros que la que había en aquella cantina, donde las mujeres sólo fumaban y se perdían detrás de un mostrador solas y aburridas hasta que aparecían de nuevo con un cigarrillo en la mano y un tinto en la otra. A La casa de mis abuelos maternos que ya habían muerto y que era habitada por las tías que se habían quedado sin esposo, la separaban solamente cuatro casas de la zona de tolerancia, así era como las tías le llamaban, aunque para mi era solamente...