CUANDO MÁS OSCURO ESTÁ

De la misma manera que un terremoto mueve las estructuras de las edificaciones, el universo lo está haciendo con mi vida, sólo que mi terremoto es lento, cada día una puerta cede y se derrumba, cada día una persona es removida de mi escenario mientras otras entran, tengo la sensación que el universo está jugando una partida de ajedrez con mi vida y que mueve las fichas incluso a mi pesar, es cuando sólo me resta confiar en que sabe lo que hace y que aunque esas fichas sean movidas a mi pesar, también son movidas a mi favor. Es la mejor oportunidad que tengo de conectar con mi espíritu, cuando puedo ver en los actos de adversidad la manera como el gran arquitecto universal está esculpiéndome y usando el fuego para quemar lo que no es útil para mí. Algunos cercanos dicen que esto es consuelo de tontos, pero es lo que funciona para mí, lo que me hace feliz y lo más importante lo que hace que todo este movimiento no sea tan doloroso como he visto que lo es para muchos que también están en pleno proceso de cambio.

Es cuando comprendo que el sufrimiento si es opcional, si detallara las circunstancias vitales de mi existencia tendría material suficiente para dibujar una víctima y para poner a llorar al mundo con mis experiencias, pero prefiero dejarle esa exclusividad a las telenovelas, a mi me gusta más ver la alquimia que se puede hacer con las herramientas que están supuestas a lastimarlo a uno. Me gusta más llorar mis ruinas con una copa de vino y reírme de la inutilidad de la acumulación porque si de algo sirve este lento terremoto es para mostrarme que todo es perecedero. Algo me dice que he sido bendecida al estar siendo educada respecto a lo transitorio y lo perecedero a mi corta edad (soy benevolente con el tiempo) porque el sueño más grande que he acariciado es el de tener una muerte conciente, el de quitarle los velos a la muerte y verla como es, ya no hacerme más la de la vista gorda con su irrefutable realidad. Intuyo que el cambio permanente le recuerda a uno que cada día estamos muriendo, que nos estamos gastando el capital que nos fue entregado el día que llegamos aquí, y que mi mayor responsabilidad es gastarlo con una sonrisa de agradecimiento por lo que fue y por lo que se va,  en vez de un llanto agudo por lo que perdí.



Perder es un concepto tan relativo, pierde uno la oportunidad de ser rico cuando le quitan sus posesiones, pero quien sabe a lo mejor sólo estamos ganando libertad para movernos por el mundo sin nada que nos ate; y para marcharnos del mismo sin temor a despedirnos de lo que acumulamos. Pierde el que se divorcia pero quien sabe a lo mejor y sólo está ganando la oportunidad de expandir su capacidad de amar en el mundo a través de nuevas personas. Pierde el que es despedido del trabajo, pero sólo es un proceso necesario para encontrar un nuevo escenario laboral, pierde quien por la muerte es separado de sus seres queridos, pero sólo es la vida cambiando sus trajes y sus formas.

Así que, he comprendido que en los cambios no perdemos sino que triunfamos sobre el apego, el miedo y la falta de agradecimiento, aunque sé que muchos no terminan de comprender porque me siento cada día más feliz ¿será que acaso estoy bajo el influjo de alguna alucinación personal que no me deja ver la realidad de acuerdo con los cánones de la histeria colectiva social y convencional?


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