EL BUEN SUICIDA.
Según Wikipedia el suicidio puede ser efecto de trastornos psiquiátricos, que comúnmente se acompañan de depresión o ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y todos los trastornos de depresión. En estos casos es principalmente la enfermedad lo que provoca el suicidio y no el análisis lógico del individuo.
Nada de esto encaja con el caso de “él” quien llevaba cerca de 10 años acariciando la idea de dejar este plano porque no le satisfacía, porque no hallaba nada que le llamara tanto la atención que ameritara permanecer aquí por el tiempo que su destino, que Dios, o el ser superior que estuviera a cargo decidiera. Pensé que era un rebelde por no dejar su ciclo transcurrir y vivirlo como lo hacemos todos, conquistando el sí de cada día, conquistando la alegría y el entusiasmo de estar vivos y agradecer por todo lo que se tiene en ese mientras tanto que es la vida. Él lo llamaba resignación, solía decir que eso éramos, una sociedad que confundía la resignación con aceptación, una vez me dijo que la felicidad era un estado de resignación más contenta. Y reconozco que me dejó pensando, pero también pensé que era lo suficientemente egocéntrico para renunciar a vivir porque no podía tener control sobre todo.
Nuestras conversaciones eran profundamente superficiales y creo que por esa capacidad que él tenía de convertir lo superfluo en profundo, es que precisamente le había perdido el chicle a la vida, dejó de creer en los lazos de padres e hijos y solía decir que ese lazo es tan frágil que cuando se rompe, no hay nada que lo puede reparar, excepto marcharse y elegir unos nuevos padres para regresar a cuidar ese lazo.
Aunque los siquiatras no pudieron ponerle ningún rótulo a su manera de sentir y de pensar, alguna vez pensé que quizá un siquiatra bien aventajado hasta podría inventarse una nueva patología con su historia clínica y conseguir que un laboratorio inventara una medicina para que él dejara de pensar que vivir era la pérdida de tiempo más grande que “aquel que está al mando” se había inventado, o al menos una medicina que le ayudara a depender de ella para tener una resignación más contenta que lo capturara por más tiempo en este plano. Pero quizá eso era demasiado egoísta de mi parte, porque no fue así, dicen que estaba más cuerdo que todos los que nos decimos sanos, en sus cabales, con una mente privilegiada y lúcida, con una generosidad que no nos merecíamos y es posible que sólo por eso él se haya marchado, en su ley; y cumpliendo uno a uno todos los requisitos de lo que él mismo llamaba un buen suicida.
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Byyeee!
Vilma