MI NAVIDAD IDEAL.


Gracias a mis amigos Juan y Melissa una nueva familia nos adoptó en estas fiestas, nos hicieron participes de sus novenas de navidad, con lo que cada día estuvimos en una casa nueva, vimos rostros nuevos, y conseguimos nuevos amigos. En cada casa me sentía en mi piel, toda preocupación por lo que mis nietos pudieran tocar o dañar desaparecía ante la mirada comprensiva de los dueños de casa quienes siempre tenían la misma respuesta “déjalos ser niños”. Nuevamente como el año anterior me sentí muy a gusto ante la calidez y la generosidad con que fuimos recibidas incluso en lugares donde nadie nos conocía. Como la mayoría de estas familias son de Colombia tuve la oportunidad de disfrutar de las tradiciones familiares con las que crecí, me sentí particularmente impactada al poder compartir estas tradiciones con mis nietos que nacieron en una cultura diferente a la nuestra.

Mis amigos Juan y Melissa


La creatividad que derrocharon estas familias preparando sus novenas con diferentes eventos que nos integraban y donde hubo que dejar los celulares en la cartera ante la motivación de ganarnos los premios, me hizo pensar en la energía que estas personas invirtieron en ese momento, pero sobre todo en la inspiración para hacerlo, siempre encontré una sola motivación: amor, sobre todo porque fue algo que se sintió en el ambiente todo el tiempo.

Mi familia de Colombia




En una de las novenas vimos colgando de la puerta principal un documento bellamente redactado con las pistas para ganarnos el premio mayor de la noche, uno debía leerlo para poder participar, quienes no lo leyeron quedaron por fuera del concurso, que consistía en  encontrar el niño Jesús que había escondido dentro de la casa. Fue inevitable pensar en que más que encontrar la estatuilla física de ese niño Dios que representamos en el pesebre, es encontrar a ese niño que todos somos, que dejamos en alguna parte de nuestra existencia y que nos brinda la oportunidad cada año de renacer y empezar de nuevo. Yo que me siento mudando de piel, lista para deslizarme por la selva del universo en búsqueda de más experiencias me compacté con ese ritual en especial, porque era el mismo que hacían en las novenas cuando yo era una niña. Mi hija me retó a buscar la estatuilla del niño Dios y la encontré sin mucho esfuerzo, me llevé el premio mayor de la noche por encontrarla, pero los que estaban allí no sabían que encontrar esa estatuilla significó para mi verificar lo cerca que me encuentro de esa  niña y como al igual que el niño Dios, la niña interior mía me trae múltiples regalos, de esos que uno tiene que desempacar de diferentes experiencias, aunque algunos empaques no sean de mi gusto en particular.

Mi hija en su traje de Cumbia


Despertar esta niña interior me motivó para vestirme de mamá Noel, un sueño de toda mi vida y que nunca había hecho realidad porque siempre pensé que un traje de mamá Noel era muy costoso, nada más lejos de la realidad, mi traje me costó ocho dólares y lo disfrutamos en una de las novenas de mi familia cósmica , mis nietos me acompañaron en la aventura y por una noche fuimos la familia Noel.

Nuestra actuacion magistral


Ha sido una de las navidades más felices de mi vida adulta, y de mi estancia en este país, mi hija bailó en una novena la cumbia cuya coreografía fue diseñada por mi ex suegra y cuyos ensayos y dinámica de la actividad nos unió desde mucho antes de la navidad en una mágica complicidad navideña. Mi familia de Colombia llego justo para el día de las velas el 7 de diciembre y tuvimos nuestro alumbrado en vivo como es tradición en Colombia. Mi hija y yo actuamos representando uno de los pasajes de la novena de navidad. Asistimos a novenas casi cada día, vi los ojos de mi nieta incendiarse de alegría viendo las luces navideñas y sentándose en las piernas de papá Noel, la vi besar los muñecos navideños en nuestras caminatas y despedirse de ellos con la alegría de quien sabe que las despedidas sólo son puertas para reencuentros; y como aprendí de ella en esas caminatas. Escribimos muchas páginas de amor en el diario de nuestras vidas, aunque también tuve situaciones que no le gustaron a mi ego, y he lidiado con ellas y con la tentación de oponer resistencia, con éxito a veces, otras con absoluto fracaso, con ese fracaso que me obliga a observar más detenidamente y a encarar mi sombra.

El premio mayor


Estoy agradecida con Dios y con el universo por conspirar a mi favor rodeándome de tanta  abundancia en esta navidad, pero sobre todo estoy agradecida por poner situaciones desagradables a mi paso en medio de todo este brillo navideño porque me da la oportunidad de observar mi pénsum académico evolutivo lo cual me recuerda que en la academia de la vida nunca se aprueban todas las materias, porque todos estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos. Espero que todos ustedes hayan tenido una navidad con tanto brillo exterior como interior.

Mi sueño hecho realidad

Comentarios

Patricia Maradei ha dicho que…
Lindo mensaje para esta Navidad!.
Deseo que estes hoy y siempre, en el Más Puro Amor transmitiendo tus mensajes a través de tus articulos.
Un gran abrazo,
Patricia Maradei

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