LA ALQUIMIA DEL DOLOR.

Hablando con un amigo cercano cuya relación de pareja guarda mucho en común con la que yo tenía, tuve acceso a uno de los puntos ciegos de mi separación, esos que sólo se pueden ver con el paso del tiempo y que le van dando forma y razón de ser a las cosas, no puedo estar más que agradecida con el universo por permitirme ir armando este rompecabezas.

También estoy agradecida con la gente que me ha dado tanto amor en estos momentos y que me han consentido, tanto personalmente como a distancia. Algunos que no se enteran porque no leyeron "Cuando todo termina" me disculpan si cuando preguntan por mi ex esposo me limito a decirles que esta bien y no les suelto la sopa, la idea de escribirlo en mi blog fue para evitar tener que seguir narrando como pasó todo y de esa manera no seguir recreando ese duro y difícil  momento. Sé que muchos piensan que estoy mal, pero no lo estoy, no al menos de acuerdo a mi concepto personal de mal, seguramente que para el concepto social debo estarlo en el sentido que debo empezar de cero materialmente hablando, como tantas veces ya lo he hecho en el pasado, quizá por eso no siento que esté mal, porque ya sé que uno siempre se levanta y siempre encuentra su nueva ruta, que nunca es definitiva aunque se nos venda esa idea socialmente todo el tiempo.

En mis interacciones con las personas que me tratan con más lástima que amor, puedo ver su propio temor  saliendo a flote a propósito de que soy yo y no ellos quienes están pasando por esto, me imagino que es normal y que es como con la muerte, parece que la muerte del otro nos duele, pero nos alegra que no seamos nosotros los muertos, o nuestros seres más queridos. Celebro estar ahí en sus vidas para que tengan mayor sentido de valoración por el compañero (a) que tienen en este momento.

Muchas veces me he preguntado porque no tengo compañeros estables si es mi propósito cada vez; y si doy todo de mí porque así sea, y concluyo que es parte de mi misión en la vida, y acepto que sea de esta forma si es para esculpirme y ayudarme a llegar a la médula de mi misma.

Estar en medio de una separación es muy extraño, quienes lo saben lo miran a uno con recelo y no saben que decir porque temen que cualquier cosa es inapropiada, piensan que lo más indicado es decir que lo sienten, aunque no lo sientan, aunque algunos hubieran estado esperando que algo así pasara en cualquier momento. También es extraño para mi misma, me sorprendo mirando a los hombres y pensando con una frialdad asombrosa si yo querría estar con alguien como ellos algún día, como aquella vez que me quedé mirándome con un hombre en un semáforo, él me coqueteaba y yo cual pitonisa pude ver todos los posibles estados que recorreríamos juntos si decidiéramos hacer pareja, cuando vislumbré el final de un aprendizaje juntos me sentí tan cansada! Y cuestionando si vale la pena esa inversión de tiempo y energía. Pienso que entramos en las relaciones para aprender, por lo visto no he aprendido lo suficiente al respecto, supongo que esto es como los profesionales, que mientras más carreras y especializaciones hacen más necesitan, a lo mejor y estoy atrapada en una ardua carrera de especializaciones en relaciones y por eso siguen terminando a mi pesar, en contra de mi voluntad, con suerte algún día tendré el máximo grado y escribiré un libro sobre como relacionarse en pareja y no morir o ver morir al otro en el intento.