CRÓNICA DE UN ESCÁNDALO.
Ella me pidió que quitara todas las fotos en facebook donde ella aparecía porque estaba teniendo problemas con su ex esposo, aunque no comprendo porque un ex esposo sigue dirigiendo la vida de uno, le dije que con todas las fotos que tengo, ponerme a buscar donde estaba ella, me representaba una inversión de tiempo significativa, se molestó y me dijo que como si tenía tiempo para subirlas. Como la respuesta a esta objeción sólo puede estar escondida para alguien que está alterado y confuso me limité a decirle que lo que podía hacer era remover las etiquetas de las fotos más recientes para que no aparecieran en su muro; y ella aceptó. Pensé que todo terminaría en este punto, pero poco después ella me envió una carta donde lucía visiblemente molesta porque según ella yo le había publicado en su muro unas fotos mías exhibiendo mis senos. Los juicios de valor no se hicieron esperar, que tan atrevida yo, no respetar su muro y hacer semejante cosa, que porqué sus amigos y su ex tenían que ver mis senos, que ese era su muro y que yo le estaba invadiendo su espacio etc. Traté de explicarle por teléfono que mis fotos no estaban en su muro sino que la gente accedía a ellas a través de las fotos etiquetadas, porque yo no tenía restricciones en mi perfil, pero como siempre pasa cuando somos reactivos, ella no escuchaba razones; y concluía que todo lo que trataba de decirle sólo eran disculpas para "salirme con la mía". Durante la discusión ella se puso a la defensiva porque pensó que yo la estaba acusando de mentir, por lo menos ya estabamos de acuerdo en algo: nuestra imagen se estaba distorsionando bilateralmente. Le pregunté porqué tenía tanto miedo de que su ex viera tales fotos, sobre todo si eran mías no de ella, y le dije que me fuera sincera si habían bienes de por medio y ella pensaba que podía salir económicamente afectada en el divorcio a causa de este "escándalo" en el que yo la estaba metiendo. Pero ella nunca respondió a estos interrogantes; y yo sólo trataba de saber que tenían que ver mis senos con su matrimonio o con sus relaciones interpersonales. Aunque no estaba de acuerdo con sus argumentos le pedí que abrazáramos nuestras diferencias y siguiéramos adelante, con lo cual se alteró más aún y dijo que yo sólo quería tener siempre la razón. En aquel momento no fue muy claro para mí la raíz del problema, por lo que le dejé un espacio de tiempo sin comunicarme, esperando que las cosas se enfriaran y pudiéramos retomar el tema en otra temperatura emocional.
Después de un tiempo ella me escribió una carta donde quería que saldáramos lo que teníamos pendiente, la carta tenía un matiz explícito de despedida, cuando traté de conciliar de nuevo, ella respondió con argumentos que no tenían nada que ver con la situación que nos mantenía en ese momento alejadas, e insistía en que lo único que yo quería era tener la razón. Leyendo sus cartas una y otra vez, me di cuenta que su súplica más grande no sólo en esas cartas sino en las discusiones que habíamos tenido anteriormente era que le diera la razón, por algún motivo ella sentía que yo siempre tenía la razón, mientras mi súplica más grande era que ella entendiera que yo no era quien había puesto mis fotos en su muro. Las dos estábamos en búsquedas distintas, y es posible que eso sólo fuera el reflejo de nuestras búsquedas interiores, a lo mejor nuestro ciclo se estaba cerrando, porque nuestras metas ahora eran diferentes y ya no teníamos nada que hacer juntas, siempre he dicho que cuando de cerrar ciclos se trata a veces usamos la puerta más angosta y la más dificil de cruzar para salir de la vida de los demás.
Después de meditar al respecto me di cuenta que en los últimos tiempos, nuestras discusiones estaban girando alrededor de que ella pedía que yo le diera la razón. Yo creo que tener o no tener la razón no es relevante, ni es lo que nos debe distanciar de la gente, porque entonces nos ponemos en un nivel de competividad que no es saludable en la amistad, siempre tenemos diferentes formas de ver las cosas y la búsqueda por tener la razón a toda costa, sólo es la manera como expresamos que nos estamos sintiendo en desventaja con el otro. Cuando reconocemos que tanto el pensamiento del otro como el mío son válidos para cada uno, y que sólo son la expresión de la diversidad y no de lo competentes que somos, podemos estar bien tanto con la manera como el otro expone sus argumentos, como con la manera como yo expongo los míos.
Yo nunca estuve interesada en que ella me diera la razón, o en tenerla, sino en que ella entendiera como funcionaba facebook y en lo que había sucedido realmente, para luego pasar a negociar como pensaba ella que debíamos manejar en el futuro ciertos limites con el material visual en las redes sociales. Otra cosa es que ella me pida que nunca jamás le tome fotografías cuando nos reunamos, yo estaría bien con eso, incluso estoy bien si me pide que la borre de facebook porque la verdadera yo que soy le produce vergüenza social. Todo es válido siempre y cuando hubiéramos esclarecido como habían ocurrido los hechos. Pero ella no estaba interesada en la verdad, ella sólo necesitaba que yo le dijera que tenía la razón y que me disculpara por algo que no hice, y quería eso según sus propias palabras, porque estaba cansada de verme siempre teniendo la razón. Es una pena que los celos entre las amigas no puedan ser manejados de otra forma y que usemos válvulas de escape para dejarlos aflorar. Es una pena que no podamos identificar lo que se esconde detrás de un malestar con nuestros amigos, porque si no somos capaces de desenmascararnos a nosotros mismos, con dificultad podremos desenmascarar a alguien más.
Esta experiencia me enseñó que somos muy hábiles para no enfrentar la verdadera procedencia de nuestros miedos y de nuestra rabia, no me cabe la menor duda que ella estaba en realidad molesta con ella misma porque ni siquiera con su divorcio habia conseguido liberarse de la necesidad de ser aprobada por su ex, y porque persiguiendo, como sé que lo hace, la libertad, sigue encadenada al que dirán, pero era más facil encontrar a quien responsabilizar por su malestar y por haber detonado esa confrontación personal, que enfrentar la realidad de sus velos y removerlos.
Y aunque estoy segura que si ella lee esto, tendrá un motivo más para molestarse conmigo, y le “daré la razón” cuando dice que soy una atrevida, solo espero que ella deja entrar un poco de luz a su conciencia y por lo menos se permita molestarse consigo misma de la manera que se molestó conmigo, porque entonces posiblemente consiga el coraje suficiente para liberarse de sus cadenas y comprenda que los demás nos ponen las esposas, pero nosotros botamos la llave para que nadie ni siquiera nosotros mismos podamos liberarnos.
Después de un tiempo ella me escribió una carta donde quería que saldáramos lo que teníamos pendiente, la carta tenía un matiz explícito de despedida, cuando traté de conciliar de nuevo, ella respondió con argumentos que no tenían nada que ver con la situación que nos mantenía en ese momento alejadas, e insistía en que lo único que yo quería era tener la razón. Leyendo sus cartas una y otra vez, me di cuenta que su súplica más grande no sólo en esas cartas sino en las discusiones que habíamos tenido anteriormente era que le diera la razón, por algún motivo ella sentía que yo siempre tenía la razón, mientras mi súplica más grande era que ella entendiera que yo no era quien había puesto mis fotos en su muro. Las dos estábamos en búsquedas distintas, y es posible que eso sólo fuera el reflejo de nuestras búsquedas interiores, a lo mejor nuestro ciclo se estaba cerrando, porque nuestras metas ahora eran diferentes y ya no teníamos nada que hacer juntas, siempre he dicho que cuando de cerrar ciclos se trata a veces usamos la puerta más angosta y la más dificil de cruzar para salir de la vida de los demás.
Después de meditar al respecto me di cuenta que en los últimos tiempos, nuestras discusiones estaban girando alrededor de que ella pedía que yo le diera la razón. Yo creo que tener o no tener la razón no es relevante, ni es lo que nos debe distanciar de la gente, porque entonces nos ponemos en un nivel de competividad que no es saludable en la amistad, siempre tenemos diferentes formas de ver las cosas y la búsqueda por tener la razón a toda costa, sólo es la manera como expresamos que nos estamos sintiendo en desventaja con el otro. Cuando reconocemos que tanto el pensamiento del otro como el mío son válidos para cada uno, y que sólo son la expresión de la diversidad y no de lo competentes que somos, podemos estar bien tanto con la manera como el otro expone sus argumentos, como con la manera como yo expongo los míos.
Yo nunca estuve interesada en que ella me diera la razón, o en tenerla, sino en que ella entendiera como funcionaba facebook y en lo que había sucedido realmente, para luego pasar a negociar como pensaba ella que debíamos manejar en el futuro ciertos limites con el material visual en las redes sociales. Otra cosa es que ella me pida que nunca jamás le tome fotografías cuando nos reunamos, yo estaría bien con eso, incluso estoy bien si me pide que la borre de facebook porque la verdadera yo que soy le produce vergüenza social. Todo es válido siempre y cuando hubiéramos esclarecido como habían ocurrido los hechos. Pero ella no estaba interesada en la verdad, ella sólo necesitaba que yo le dijera que tenía la razón y que me disculpara por algo que no hice, y quería eso según sus propias palabras, porque estaba cansada de verme siempre teniendo la razón. Es una pena que los celos entre las amigas no puedan ser manejados de otra forma y que usemos válvulas de escape para dejarlos aflorar. Es una pena que no podamos identificar lo que se esconde detrás de un malestar con nuestros amigos, porque si no somos capaces de desenmascararnos a nosotros mismos, con dificultad podremos desenmascarar a alguien más.
Esta experiencia me enseñó que somos muy hábiles para no enfrentar la verdadera procedencia de nuestros miedos y de nuestra rabia, no me cabe la menor duda que ella estaba en realidad molesta con ella misma porque ni siquiera con su divorcio habia conseguido liberarse de la necesidad de ser aprobada por su ex, y porque persiguiendo, como sé que lo hace, la libertad, sigue encadenada al que dirán, pero era más facil encontrar a quien responsabilizar por su malestar y por haber detonado esa confrontación personal, que enfrentar la realidad de sus velos y removerlos.
Y aunque estoy segura que si ella lee esto, tendrá un motivo más para molestarse conmigo, y le “daré la razón” cuando dice que soy una atrevida, solo espero que ella deja entrar un poco de luz a su conciencia y por lo menos se permita molestarse consigo misma de la manera que se molestó conmigo, porque entonces posiblemente consiga el coraje suficiente para liberarse de sus cadenas y comprenda que los demás nos ponen las esposas, pero nosotros botamos la llave para que nadie ni siquiera nosotros mismos podamos liberarnos.
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