LAS NIÑAS BUENAS TAMBIÉN ABORTAN
Pocas veces me he sentido tan tocada con una historia que me cuentan de una tercera persona desconocida, como me pasó con esta. Ella era una joven estudiante universitaria que había quedado embarazada de su novio y habían decidido abortar por lo que muchas mujeres lo hacen: porque en su educación familiar no había cabida para una madre soltera, para un embarazo prematuro, para arruinarse la vida con una nueva carga económica. Porque estaban muy jóvenes para casarse, porque la educación superior es el producto mejor vendido que compran muchos cuando son jóvenes, algo así como la panacea de la felicidad; y un bebé sólo es un obstáculo para esa “felicidad”.
Lo que creo es que mi interlocutor consiguió trasmitirme el miedo, el dolor, la angustia, la culpabilidad pero sobre todo la ambivalencia y la duda que enfrentaba esta chica por haber tenido que tomar esa decisión.
Me fui a mi casa pensando en ella, aunque no la conocía físicamente ni tenía idea de cómo lucía, le otorgué una figura imaginaria para depositar la compasión que sentía por el momento que ella estaba viviendo. La persona que me había contado de su historia quería que le ayudara a saber como consolarla, como ayudarla en su luto por el ser que nunca nació y que ella lloraba cada uno de sus días.
Cuando llegué a mi casa me senté a escribir y salió lo que consideré un poema, que meses más tarde incluí en el repertorio de mi libro "Lumediana" una recopilación de poemas de mi autoría.
Poco después del lanzamiento de mi libro, me presenté en una librería de la ciudad que organizó un recital poético para vender mis libros, uno de los poemas que leí en el recital era este que me había inspirado una mujer desconocida de quien me había hecho amiga emocional antes que física. Cuando terminó mi recital, una mujer se acercó a mi mesa muy emocionada, dijo que uno de los poemas que había leído la había tocado personalmente, su voz casi temblaba y supe que estaba conociendo a mi amiga emocional y supe cual era el poema del que ella hablaba. De allí nació una amistad muy hermosa que se conserva con los años, me pareció mágico la manera como el universo nos junta, aunque estemos caminando en sentido opuesto.
No tengo una posición radical ni con el aborto, ni con muchas cosas en la vida, aunque no me hubiera practicado un aborto, ni lo recomendaría a nadie, respeto las decisiones de quienes lo practican. En una época me pareció algo horrible y reprochable, pero luego conocí mujeres que condenaban con vehemencia y casi que con un odio visceral el maltrato infantil, pero que eran las mismas que se habían practicado abortos o habían participado activamente en alguno, así que comprendí que ellas sólo estaban tratando de salvar la vida que habían abortado una y otra vez, en los que estaban en peligro a manos de otros. También comprendí que aquello que combatimos con tanta fuerza sólo delata nuestras sombras, nuestros pequeños infiernos y nuestros minúsculos demonios. Y eso me ayudó a ser más flexible con aquello que popularmente reprochamos juzgamos y condenamos.
Quiero compartir el poema que escribí para aquella mujer maravillosa que me enseñó mucho acerca de la tolerancia con los demás y que me mostró la confabulación cósmica para separar almas y para unirlas pero sobre todo que me mostró que las niñas buenas también abortan, porque en el sistema de creencias del colectivo a las mujeres que abortan se les rotula de malas.
LA CITA
La cita estaba hecha
Llegarías en Agosto
Una gran comitiva te esperaba
Tu madre - su familia – sus amigos
Quizá de pronto,
Hasta tu padre se animara un poco...
Preparaste todo
El tamaño exacto de tus manos
El color de tus cabellos y tus ojos
El vientre que mágicamente se amoblaba para contenerte
Los brazos que te acunarían
Y el equipaje completo de tu alma
Tu madre sería perfecta
Con su nueva carrera construiría los planos de tu vida
Y haría tu techo más caluroso que otros
Los planos de tu alma venían realizados
No importaban lo difíciles que fueran sus caminos
Venías preparado...
Pero algo allá afuera falló
De repente nadie te esperó
Pasaste de ser un hermoso sueño a convertirte en pesadilla
Pero como amas a tu madre y no quieres su dolor
Entregaste tu vida
Cancelaste tus planes para que ella estuviera mejor
Ella jamás sabrá de la inmensidad de tu amor
Y seguro a diario implora tu perdón
Si pudieras venir un día
Abrazarla y decirle que ya pasó
Si pudieras regar de amor su corazón
Y decirle que igual la amas
Aunque no sea tu madre hoy
De todas maneras en su corazón vives hoy
Lo que creo es que mi interlocutor consiguió trasmitirme el miedo, el dolor, la angustia, la culpabilidad pero sobre todo la ambivalencia y la duda que enfrentaba esta chica por haber tenido que tomar esa decisión.
Me fui a mi casa pensando en ella, aunque no la conocía físicamente ni tenía idea de cómo lucía, le otorgué una figura imaginaria para depositar la compasión que sentía por el momento que ella estaba viviendo. La persona que me había contado de su historia quería que le ayudara a saber como consolarla, como ayudarla en su luto por el ser que nunca nació y que ella lloraba cada uno de sus días.
Cuando llegué a mi casa me senté a escribir y salió lo que consideré un poema, que meses más tarde incluí en el repertorio de mi libro "Lumediana" una recopilación de poemas de mi autoría.
Poco después del lanzamiento de mi libro, me presenté en una librería de la ciudad que organizó un recital poético para vender mis libros, uno de los poemas que leí en el recital era este que me había inspirado una mujer desconocida de quien me había hecho amiga emocional antes que física. Cuando terminó mi recital, una mujer se acercó a mi mesa muy emocionada, dijo que uno de los poemas que había leído la había tocado personalmente, su voz casi temblaba y supe que estaba conociendo a mi amiga emocional y supe cual era el poema del que ella hablaba. De allí nació una amistad muy hermosa que se conserva con los años, me pareció mágico la manera como el universo nos junta, aunque estemos caminando en sentido opuesto.
No tengo una posición radical ni con el aborto, ni con muchas cosas en la vida, aunque no me hubiera practicado un aborto, ni lo recomendaría a nadie, respeto las decisiones de quienes lo practican. En una época me pareció algo horrible y reprochable, pero luego conocí mujeres que condenaban con vehemencia y casi que con un odio visceral el maltrato infantil, pero que eran las mismas que se habían practicado abortos o habían participado activamente en alguno, así que comprendí que ellas sólo estaban tratando de salvar la vida que habían abortado una y otra vez, en los que estaban en peligro a manos de otros. También comprendí que aquello que combatimos con tanta fuerza sólo delata nuestras sombras, nuestros pequeños infiernos y nuestros minúsculos demonios. Y eso me ayudó a ser más flexible con aquello que popularmente reprochamos juzgamos y condenamos.
Quiero compartir el poema que escribí para aquella mujer maravillosa que me enseñó mucho acerca de la tolerancia con los demás y que me mostró la confabulación cósmica para separar almas y para unirlas pero sobre todo que me mostró que las niñas buenas también abortan, porque en el sistema de creencias del colectivo a las mujeres que abortan se les rotula de malas.
LA CITA
La cita estaba hecha
Llegarías en Agosto
Una gran comitiva te esperaba
Tu madre - su familia – sus amigos
Quizá de pronto,
Hasta tu padre se animara un poco...
Preparaste todo
El tamaño exacto de tus manos
El color de tus cabellos y tus ojos
El vientre que mágicamente se amoblaba para contenerte
Los brazos que te acunarían
Y el equipaje completo de tu alma
Tu madre sería perfecta
Con su nueva carrera construiría los planos de tu vida
Y haría tu techo más caluroso que otros
Los planos de tu alma venían realizados
No importaban lo difíciles que fueran sus caminos
Venías preparado...
Pero algo allá afuera falló
De repente nadie te esperó
Pasaste de ser un hermoso sueño a convertirte en pesadilla
Pero como amas a tu madre y no quieres su dolor
Entregaste tu vida
Cancelaste tus planes para que ella estuviera mejor
Ella jamás sabrá de la inmensidad de tu amor
Y seguro a diario implora tu perdón
Si pudieras venir un día
Abrazarla y decirle que ya pasó
Si pudieras regar de amor su corazón
Y decirle que igual la amas
Aunque no sea tu madre hoy
De todas maneras en su corazón vives hoy
Comentarios
Mauricio Franco
Felipe Alejandro Lora
Tanto el tener un hijo como el no tenerlo es una decision tan personal que no creo se puede juzgar a persona....y hay tantos hijos no deseados, maltratados, abusados como hijos amados, deseados y colomados de amor. Las dos son realidades de la vida, de esta vida.