DE TÁCTICAS Y ESTRATEGIAS

Estuve en una fiesta donde en la entrada los invitados recibíamos un collar que perderíamos luego si cruzábamos las manos o las piernas durante la fiesta. Me pareció una dinámica muy interesante porque en las fiestas, donde se reúnen con frecuencia personas que no se conocen entre sí, cruzarse suele ser una tabla de salvación, sobre todo si los riñones no han sido estimulados con alguna bebida que nos ayuden a comunicarnos rápidamente.

Había un regalo para la persona que más collares recolectara, yo me puse como meta no perder el mío, estaba poco interesada en el regalo y si más bien en lo que podía aprender de la experiencia; y en observar si la dinámica despertaba más auto observación en la gente para proteger su collar de aquellos que estaban a la expectativa de quitárselo. Había un hombre joven que se estaba quedando con los collares, estaba acompañado de una chica, de la que jamás se separó durante la fiesta, lo cual tenía sentido porque era ella y no él, quien estaba atenta a quienes perdían los collares, el se sentó acaballado en su silla, lo cual le impedía cruzar sus piernas con ello no tenía que tomarse la molestia de auto observarse; y la chica le tenía las manos ocupadas. Consideré aquello una manera de hacer trampa, aunque ellos pensaran que sólo habían trazado una eficiente estrategia para ganar el concurso. Más tarde perdieron los collares a manos de otra pareja que había trazado una estrategia similar, pero que nunca se confiaron y no bajaron la guardia como ellos.

Pasa de la misma manera con nuestro proceso de evolución de conciencia, le delegamos parte de nuestro proceso a la pareja o a otros para salir victoriosos en la vida, trazamos métodos que carecen de compromiso personal y de conciencia en aras de ser exitosos, algo así como construir casas con planos muy bonitos pero sin bases, y cuando todo falla, hacemos que la responsabilidad recaiga sobre alguien más, menos sobre nosotros, porque no tenemos la visión para reconocer que cuando le estamos haciendo trampa al universo, en realidad nos la hacemos a nosotros mismos.

Al final de la fiesta, apenas unas tres personas conservamos los collares, y aunque alguien recibió el premio a la mayor cantidad de collares recolectados (un ganador que no fue el primero que observé ni el segundo, sino el menos esperado) consideré que los verdaderos ganadores habíamos sido quienes conservamos el collar, quienes pudimos mantener un nivel de atención y de auto observación tan grande que no cruzamos las manos ni las piernas en ningún momento.

Personalmente disfruté mucho de poder mantener mi atención repartida entre los que estaba analizando y yo misma, y poder ser exitosa en el proceso, lo cual me ayudó a mantener más mi atención en el momento presente; y llegué a pensar que deberíamos nacer con un collar como ese, y correr el riesgo de perderlo cada vez que perdamos nuestro centro, nuestra maravillosa capacidad de estar en el aquí y el ahora en armonía con nuestra mente y nuestro cuerpo.


Comentarios

juan ha dicho que…
Yo asisti a un 'networking event' en el edificio Mondrian de south Beach. quise hablar con 3 chicas que estaban 'texteando' justo el promotor del evento nos saludo y les dijo a ellas que no usaran el text, que se involucraran en le evento, cuyo objetivo es crear 'relaciones de negocios'. despues de un corto firting o mingle, con la excusa de fumar un cigarillo salieron a la piscina. No volvi a verlas. Asi es la socializacion en estos tiempos.

Entradas populares de este blog

LA SEXIGENARIA

HADA DE LAS ALAS ROTAS.

LA RESURRECCIÓN DE COQUITO