LA CLAVE ESTÁ EN NO DARLA.
Una amiga mía fue filmada en un momento
de amor por si misma (léase masturbación) durante su estancia de visita donde
su mejor amiga, lo supo un tiempo después cuando alguien le contó que el video
estaba colgado en Internet. El esposo de su mejor amiga tenía cámaras
escondidas en toda la casa y tenía un lucrativo negocio gracias a su
hospitalidad, aunque salió legalmente bien librada en términos económicos, la
fisura de la desconfianza ha quedado haciendo lo propio. Ya uno sabe que si no
quiere hacer pública su vida sexual, es mejor tenerla en su propia casa, porque
como están las cosas la vida íntima se puede volver pública en cualquier
momento.
En estos días nos ocupaba en facebook
nuestra privacidad y lo mucho que la gente se ocupa en este momento de
protegerla, dado que por las redes sociales de alguna manera la
estamos perdiendo, un amigo me decía en una conversación que en la medida que
mantengamos la ilusión de que yo soy este cuerpo, o esta mente, o estas ideas o
este número de social, nos preocupa la privacidad y que cuando ya empezamos a
sospechar de que somos más que eso externo, nos deja de importar la privacidad,
yo le dije que como tengo una vida tan pública (porque cuento muchas cosas en
mi blog) y no hay nada que ocultar no me
preocupa la mía, pero si me preocupa la confidencialidad sobre todo la de las
personas que me rodean y a quienes si les preocupa su privacidad.
Entonces puse una pregunta en varios
foros “¿entregarían su clave de facebook a su pareja?” y las diversidad de
respuestas no se hizo esperar, la mayoría respondieron que sí, y la minoría, es
decir los que dijimos que no la entregaríamos, lucimos como los raros del
paseo, como que lo lógico, lo normal, lo típico es que uno comparta con su
pareja las claves de acceso no sólo a facebook sino a todo lo que necesite
clave. Pregunté después si eso significaba para ellos que la pareja los amaba
más o si es un intercambio donde el uno entrega la clave esperando que el otro también
lo haga y fueron pocos los que respondieron a la pregunta como tal, y más bien
se fueron por las ramas justificando el hecho de que comparten su clave con su
pareja. Llegué a la conclusión que el nivel de confidencialidad del que gozamos
actualmente con las amistades, en tiempos en que las cifras dicen que nuestra comunicación
es en un 85% mediante el correo electrónico, el celular y las redes sociales,
es muy pobre.
Que hay entonces cuando uno le escribe
un correo electrónico a una amiga contándole cosas privadas, porque siempre le
ha tenido confianza a esa amiga, pero resulta que esa amiga le ha cedido sus
claves de acceso a su pareja, con lo cual uno ya no está confiando sólo en la
amiga sino en su pareja, alguien me decía que como tenía absoluta confianza en
su pareja esos miedos no eran posibles, pero es que quien debe decidir si
alguien más debe saber lo que estoy contando, además de mi confidente soy yo y
no el otro, además esto no tiene que ver con temor, sino que es un asunto de
confidencialidad, de confianza; y si se quiere de la ética de la amistad. Una
cosa es que no me importe que la gente me vea desnuda, pero otra es que busque
deliberadamente que eso pase. Una cosa es que no me afecte emocionalmente que
alguien sepa detalles de mi vida íntima, pero otra es que me pare en una
esquina a gritarla.
En Estados Unidos ceder las claves a segundos
y terceros puede acarrear problemas laborales, algunas compañías están
monitoreando a sus empleados mediante el uso de facebook y saber que sus empleados
comparten las claves los hacen personas no confiables para la compañía, alguien
que no puede guardar confidencialidad consigo mismo y con su entorno inmediato
no puede ser confiable para manejar información de una empresa, lo mismo sucede
con algunos empleos donde el trabajo se hace a través de la computadora y la
gente maneja discos virtuales, compartir la clave podría acarrear graves
problemas legales. Además de esto, la gente se siente muy confiada compartiendo
sus claves de facebook, pero ignoran que están incurriendo en el incumplimiento
de una de las cláusulas de seguridad que uno acepta cuando abre la cuenta, si
cedes tu clave a alguien y ese alguien está en otro país y se conectan el mismo
día con una diferencia horaria que haga imposible que quien se está conectando
sea la misma persona, facebook no sólo te puede cerrar la cuenta, sino que te
da una sanción por seis meses sin poder abrir una nueva.
Personalmente pienso que por estar en
pareja no podemos perder nuestra individualidad, fusionarse con el otro al
punto de parecer uno solo, no es una manera
de mostrar confianza al otro, sino un riesgo y un atentado contra nuestra
autoestima y nuestra identidad, somos individuos, llegamos al mundo solos, y
nos vamos solos, la pareja es alguien que nos acompaña en nuestra vida diaria,
pero bajo ningún concepto debe convertirse en la sombra de uno, o en uno mismo.
Justamente el concepto de confianza para mi está basado en que mi pareja podrá
respetar los espacios que yo necesito para desarrollarme como individuo social,
sin que su auto valía se sienta amenazada, en que mi pareja sabrá que mi
compromiso es a elegirla en el día a día, no a presentarle constantemente
pruebas de que soy digno de su confianza, esto último me parece otro rostro más
de la esclavitud y de la mendicidad afectiva.
Hasta este momento no había considerado
siquiera que la gente podía compartir sus claves de acceso, como yo nunca lo he
hecho, ni le he pedido a nadie que lo haga, y me parece más que algo muy íntimo,
algo ético, asumí que pocas personas lo hacían, pero estos foros me sentaron en
una realidad que me hace más cautelosa con lo que comunique a través de las
redes sociales y la Internet, en adelante no hablaré de muchas cosas por email
y menos aún por el chat o el buzón de mensajes de las redes sociales, porque ya
no puedo estar segura cuantas personas más, además de mi deseado destinatario
leerán lo que estoy enviando.
Comentarios
Vilma
Y es que ese asunto de creernos y asumirnos “uno” con el “otro”, especialmente en la “pareja” romántica, quiere decir, que cada uno perdió lo que había ganado y recorrido en su propio caminar por la vida y hasta su identidad al asumirse como uno sólo y de pronto debemos compartirlo “todo”. Esto no es más que una manera un poco solapada de tener el control de él-ella – ese control se deriva del propio pánico a perderlo-a, y es el foco principal de tantos problemas y separaciones. Como es posible que uno piense que necesita a alguien más para vivir? Que sin ti me muero? Que has destrozado mi vida porque te marchas? No les parece realmente patético y autoesclavizante, el que la vida dependa de la presencia de otra persona? Mostramos una falta de valía personal impresionante y por eso sufrimos tanto cuando se va “la pareja”. Asumo que estoy incompleto-incompleta y necesito buscar afuera algo (otro-otra) que me complete y como eso no existe, muy pronto comienzan los reclamos al vislumbrar levemente y después de pcos meses de “casados” que …”me equivoqué”. SI… “la pareja” no existe. Usted (Yo, El, Ella), está completo!. Existe un compañero o una compañera, que hemos elegido para vivir, no para esposarlo, para que me complemente, para esclavizarlo e impedirle realmente su propio desarrollo y progreso. Todas las relaciones creadas con base en la complementariedad, no en el respeto a la libertad del otro-a (no mencioné libertinaje), sin excepción tienden al fracaso y a la separación. Otra cosa es que sigan juntas aunque el “amor” se haya convertido en necesidad neurótica de poseer a otro-otra y esa necesidad les impide vivir la soledad (edad del sol - edad radiante?). Cuando nos “casamos” con otra persona, asumimos compromisos PERO ESO NO SIGNIFICA que yo debo olvidarme de quien soy, mis amigos, amigas, intereses, carrera, familia… y entrar ahora a “ser parte”, un apéndice de otro-a que NO CONOZCO aunque crea que SI.
Amiga Luz Dary, ya somos dos "bien raras".
Patricia Maradei.