LA VIDA FRAUDULENTA DE LOS INFLUENCERS.

 


Hay consternación ya no tanto por la muerte de Gabby Petito sino por la visibilidad que le han dado a su caso mientras hay tantas niñas desaparecidas que no tienen el despliegue publicitario que tiene el de Gabby.
Ella era influencer, es decir que tenía a mucha gente pendiente de ella, y eso en éstos tiempos pesa, cuando yo he desaparecido de mi instagram mis 15 seguidores no se dan por enterados, así que no tendría peso publicitario para ser buscada, además mi familia no goza del peso social para hacer un gran despliegue alrededor de mí búsqueda. Pero hay que mirar ésto con otra perspectiva, la foto que adjunto de ella y su novio ( supuesto sospechoso de su muerte)  fue publicada el dos de julio, ella dice que el hombre le había pedido matrimonio y le dice que él " la hace sentir" irreal y que cada día es como un sueño con él, un sueño que se volvió pesadilla y que de verdad la convirtió en irreal porque ya no existe. Según testigos que avisaron a la policía ella estaba siendo abusada por él, y ahí es donde va mi punto, que nos demos cuenta que no podemos creer todo lo que vemos publicado. Las redes sociales están llenas de falsas felicidades, falsos sentimientos y vidas ficticias que son más que maquillaje, una máscara social que le alivia el dolor a muchos que no saben como lidiar con ese dolor.
Personalmente no sigo influencers, porque conozco de primera mano a muchos y sé que sus vidas están fragmentadas, que representan un papel para la sociedad mientras viven en pequeños infiernos físicos, económicos y emocionales. Que cada movimiento suyo en redes tiene como objetivo conseguir likes y que la adversidad que muchos usamos a nuestro favor para crecer como individuos, ellos la usan fría y calculadoramente para alimentar su ego, porque están vacíos y no han descubierto que el ego nunca se satisface, que pide constantemente hasta consumirnos.
Yo sigo a la gente común y corriente que no me deslumbra con actividades deslumbrantes, sino con la luz de su alma, que cuando se atreven a mostrar sus entrañas en público no lo hacen para buscar protagonismo sino ayuda. Me gustan los que están trazando su sendero de luz y comparten sus pequeños triunfos cotidianos con las decenas de seguidores que tienen, esos, que son una minoría luminosa son los que elijo para invertirles el tiempo y energía que le asigno a las redes sociales porque considero que las redes sociales son necesarias para estar vigente con la tecnología; y no creo que sean el demonio, lo que si es demoníaco es el uso y el abuso que les damos. Y tú a quién sigues? Los leo. 


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