UN ADIÓS PARA TOÑO.

 Mi primo Antonio tuvo una vida satisfactoria, me atrevería a decir que una vida feliz, si alguien ha sabido ser feliz, ese fue él, que le plantaba una sonrisa y un chiste a todo en la vida. Era como si ser feliz fuera algo innato en él. 

Su casa siempre tuvo las puertas abiertas para el que llegara, incluso sin anunciar, su generosidad no tenía límites. Su mayor tragedia quiza fue su nacimiento ( no me consta. Pero mis tías hablaban mucho de ello) una vez se abrió paso en éste mundo, nadie lo paró, consiguió todas sus metas y una estabilidad financiera nada despreciable. Sin ningún tipo de educación académica, se hizo a punto de trabajo, disciplina y esa apertura y buena disposición que siempre tuvo frente a la vida.

Nunca he escuchado un solo rumor desagradable o chisme acerca de él, su rectitud fue a toda prueba. No hay una sola persona que lo rodee que no lo quiera, y quizá la mayoría tienen algo que agradecerle o quedaron con deudas de gratitud con él que no alcanzamos a pagarle.

El siempre estuvo ahí para mi madre, mi hija y yo en todos los momentos, hoy estoy honrando su memoria con mi presencia, hacerlo me llena de satisfacción y me deja esa sensación de paz que  tanto  necesito frente a su pérdida.

Los Monsalve hemos perdido Nuestra columna vertebral, ahora nos toca aprender a caminar sin él, a prescindir de su imagen imponente, de su fuerza y su liderazgo y de esa certeza que teníamos de que él siempre aparecía cuando lo necesitábamos.
Hoy agradezco el anonimato de su  padre porque nos dio la oportunidad de que Antonio honrará nuestra familia llevando nuestro apellido y trascendiendolo.




Comentarios

Entradas populares de este blog

HADA DE LAS ALAS ROTAS.

LA SEXIGENARIA

LA RESURRECCIÓN DE COQUITO