LA REGLA GRINGA DEL 6 X 2
Los comerciales de los canales gringos se rigen por la regla del 6 X 2, es decir de seis comerciales sólo dos son de alimentos, moda, tiendas o algo que no tenga que ver con medicinas, cuatro comerciales que exceden los treinta segundos son de droga con y sin receta que mencionan frases que actúan como mantrams en la mente de la gente “controle su asma con asmarin” son frases por el estilo que usan los publicistas de las casas farmacéuticas. Por lo menos son sinceros cuando usan la palabra “controlar” ninguno promete sanar, seguramente porque saben que tener una medicina que cure al paciente socavará su mercado que es el que los tiene en la ventajosa posición de poder pagar por comerciales más largos de los que generalmente otros mercados pueden pagar.
Si a alguien le queda duda del emporio que es la industria farmacéutica, sólo tiene que sintonizar un canal gringo para que vea la cantidad de dinero que hay invertido en publicidad y que pagan los consumidores que no cuestionan este mercado. En Estados Unidos este mercado es productivo porque la gente no tiene tiempo para preguntarse porque tiene determinada enfermedad y como poderla curar, aquí lo que cuenta es algo inmediato que me quite el dolor ya, que me seque los mocos ya, que no me permita toser, que me deje caminar derecho, que me deje respirar, en otras palabras, maquillaje, algo que me haga pretender que estoy bien y que me haga sentir que puedo seguir siendo productivo, algo que no me permita hacerme preguntas existenciales como a quien realmente quiero atacar con mis estornudos y mi tos, en quien me quiero literalmente cagar cuando tengo una diarrea, o que está pasando con mi vida sexual cuando tengo una jaqueca, o como esta mi comunicación cuando mis riñones empiezan a protestar.
Para esto ya habrá tiempo cuando estemos desahuciados en una cama esperando por que la última flota de nuestras vidas nos recoja y nos lleve de paseo por la eternidad, cuando ya no haya tiempo para resolver la ecuación que no quisimos hacer porque no estuvimos atentos a la matemática cósmica a los susurros corporales que nos pedían atención a gritos pero que nosotros le poníamos un taponcito de aspirina, de advil, de teraflu y de otros frutos farmacéuticos que nos hicieran lucir bien para el siguiente compromiso.
Con toda esta permisividad con las drogas de uso diario ¿Porqué nos sorprende que nuestros hijos usen drogas? Si eso es lo que les enseñamos desde pequeños en casa. Es cierto que no es lo mismo dirán algunos, pero para efectos prácticos, si es lo mismo, de igual forma como mamá y papá se toman una medicina para el dolor de cabeza, yo puedo tomarme una medicina para el dolor de la soledad, para el miedo que siento porque el mundo me parece crudo y amenazante y mis padres ya no me pueden proteger porque están muy ocupados tomando calmantes para sus propios dolores y poder producir. Porque nos sorprende que los niños amen las drogas si en la televisión ven que los anuncian libremente, con restricciones que es divertido violar porque eso les muestra lo listos que son.
Somos una sociedad drogadicta, combatiendo afuera al enemigo que llevamos dentro, que lo llevamos tatuado en nuestra identidad cultural, quizá por eso no encontramos el enemigo porque tan pronto como le damos azote con nuestros juicios lo alimentamos creyendo que esa es la única solución para seguir vivos…
Si a alguien le queda duda del emporio que es la industria farmacéutica, sólo tiene que sintonizar un canal gringo para que vea la cantidad de dinero que hay invertido en publicidad y que pagan los consumidores que no cuestionan este mercado. En Estados Unidos este mercado es productivo porque la gente no tiene tiempo para preguntarse porque tiene determinada enfermedad y como poderla curar, aquí lo que cuenta es algo inmediato que me quite el dolor ya, que me seque los mocos ya, que no me permita toser, que me deje caminar derecho, que me deje respirar, en otras palabras, maquillaje, algo que me haga pretender que estoy bien y que me haga sentir que puedo seguir siendo productivo, algo que no me permita hacerme preguntas existenciales como a quien realmente quiero atacar con mis estornudos y mi tos, en quien me quiero literalmente cagar cuando tengo una diarrea, o que está pasando con mi vida sexual cuando tengo una jaqueca, o como esta mi comunicación cuando mis riñones empiezan a protestar.
Para esto ya habrá tiempo cuando estemos desahuciados en una cama esperando por que la última flota de nuestras vidas nos recoja y nos lleve de paseo por la eternidad, cuando ya no haya tiempo para resolver la ecuación que no quisimos hacer porque no estuvimos atentos a la matemática cósmica a los susurros corporales que nos pedían atención a gritos pero que nosotros le poníamos un taponcito de aspirina, de advil, de teraflu y de otros frutos farmacéuticos que nos hicieran lucir bien para el siguiente compromiso.
Con toda esta permisividad con las drogas de uso diario ¿Porqué nos sorprende que nuestros hijos usen drogas? Si eso es lo que les enseñamos desde pequeños en casa. Es cierto que no es lo mismo dirán algunos, pero para efectos prácticos, si es lo mismo, de igual forma como mamá y papá se toman una medicina para el dolor de cabeza, yo puedo tomarme una medicina para el dolor de la soledad, para el miedo que siento porque el mundo me parece crudo y amenazante y mis padres ya no me pueden proteger porque están muy ocupados tomando calmantes para sus propios dolores y poder producir. Porque nos sorprende que los niños amen las drogas si en la televisión ven que los anuncian libremente, con restricciones que es divertido violar porque eso les muestra lo listos que son.
Somos una sociedad drogadicta, combatiendo afuera al enemigo que llevamos dentro, que lo llevamos tatuado en nuestra identidad cultural, quizá por eso no encontramos el enemigo porque tan pronto como le damos azote con nuestros juicios lo alimentamos creyendo que esa es la única solución para seguir vivos…
Comentarios
Psiquiatría (UCV) y experto en Psico-neuro-inmunolinguistica PNIL en
Venezuela:
"EL CUERPO GRITA ...LO QUE LA BOCA CALLA"
"La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma".Bach.
Muchas veces...El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer mata cuando te cansas de "vivir".
Y tus dolores callados? Cómo hablan en tu cuerpo? La Enfermedad no es mala,
te avisa que te estas equivocando de camino!!!
Prima, lo lei antes de leer tu blog y me parecio interesante y oportuno, te amo.. DTB