EN DEFENSA PERSONAL
Los únicos males que me aquejaron siendo una niña fueron las amígdalas y los parásitos, recuerdo que me llevaban donde el médico quien con sólo abrirme un ojo tenía el diagnóstico de parásitos y yo pensaba que el podía ver las lombrices a través del iris de mi ojo. Cuando acudía por amigdalitis él palpaba mi garganta y metía un palo de palet (sin paleta de curuba) en mi boca y el diagnóstico estaba listo, no necesitaba hacer exámenes para saber lo que tenía, lo mismo sucedía si era alguna de esas complejas enfermedades que atacaban a los adultos. El médico era mi héroe, un brujo con poderes que con frecuencia se transaba con el paico* para acabar con mis parásitos y con las gárgaras caseras para mi amigdalitis, él no tenía urgencia económica y no recibía comisión de ningún laboratorio por intoxicarnos con medicinas, y sabía tanto que no necesitaba de los laboratorios para hacer diagnósticos precisos, uno sabía que iba al médico y que ese mismo día se sentiría mejor.
Paico: es una planta medicinal y aromática usada desde tiempos prehispánicos por los indígenas americanos. Posee cualidades antiparasitarias para el tratamiento de áscaris (lombrices) y la tenia. Esta planta tiene múltiples propiedades y es beneficiosa para un sinnúmnero de enfermedades.
Como ha cambiado el panorama, actualmente cuando voy al médico me embarga la incertidumbre de si sabe tanto como se supone que estudió, uno debe tener un buen saldo en el banco para cubrir los exámenes minuciosos que varios laboratorios tienen que hacer para que el médico sepa lo que uno tiene, eso si cuenta con suerte, actualmente muchos diagnósticos son presumibles, se presume que uno tiene X o Y enfermedad porque los síntomas apuntan a ello, la mayoría de las veces a los médicos no les consta, no están seguros, por eso prueban con algunas medicinas hasta encontrar la que funcione, algo que no es muy distinto de lo que puede hacer uno auto diagnosticándose, a veces tengo la sensación que incluso el boticario, aquel personaje mitológico que vivía detrás de miles de botellitas de color café y verde llenas de medicamentos en una farmacia o “botica” como le decían en mi pueblo, sabía más de lo que saben los médicos de ahora. Me pregunto si hemos evolucionado tanto que la medicina se quedó atrás o si la medicina ha evolucionado tanto que hemos sido nosotros los que nos hemos quedado atrás. Lo cierto es que no parece existir un punto donde podamos converger y estar medianamente de acuerdo.
Cuando el médico me dice que no es nada grave, me preocupo tanto como si me dijera que es grave porque queda la duda de si estoy en manos de un mal practicante, uno esta ahí parado con el dolor insoportable, es alérgico a los calmantes para el dolor, y el personaje lo mira a uno, lo toca aquí y allá, le toma la presión, lo mide, lo pesa y le pregunta cuantos resfriados tuvieron los padres de uno, y cuantos locos han habido en la familia, luego lo mira a uno por encima de los lentes y le dice: “no es nada grave” “y entonces que hago doctor?” “pasará” brillante respuesta! Esto también pasará es sabiduría popular, lo que no sabemos es si pasará con uno fuera o dentro de un ataúd.
Cuando el médico me dice que hay que evaluar esos síntomas, observarlos, y hacerles seguimiento, es igual de preocupante, no hay forma de saber con que laboratorios estará liado el individuo en mención para sacarle provecho monetario a un momento de confusión que resultó que solo era una pesada broma hormonal.
Muchos médicos son una suerte de culebreros* modernos que esperan venderle a uno de todo menos salud, porque cuando uno recibe las cuentas de cobro, se enferma de sólo pensar en como pagará semejante deuda, uno está reducido a un número de historial clínico que se puede transformar en una cifra con muchos ceros a la derecha para pagar el nivel de vida que los galenos se dan.
Culebrero colombiano de plaza del pueblo. |
Por eso actualmente hay que revisar con lupa cada examen que le envían a uno, investigar por Internet (a Dios gracias en Internet hay de todo) para al menos sospechar si el examen en mención es necesario dadas nuestras condiciones, hacer preguntas y ser persistente hasta que uno se convierte en una suerte de icono de la mala suerte del consultorio, que cuando lo ven a uno asomar hace que las secretarias se codeen porque ahí llego esa vieja tan intensa.
He tenido la fuerte sensación que debo entrenarme en una nueva modalidad de defensa personal cuando de los especialistas en salud se trata, hay que ser muy diestro para que uno no termine siendo examinado de la próstata sin tenerla. Esta semana orgullosamente me di cuenta que estoy a punto de graduarme en esta modalidad de defensa personal, aunque para ellos sólo sea una de esas viejas intensas.
Culebrero: (en Colombia) dialecto paisa. hombre que atrae público usando una culebra y vendiendo cachivaches. Comerciante Sinónimo(s): viborero (1). Lengua Indígena: Mixe tsa'añ tsoybø (2). Terapeuta de la medicina tradicional especializado en el tratamiento de las mordeduras de culebra y otros animales ponzoñosos. http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx/termino.php?l=1&t=culebrero
Paico: es una planta medicinal y aromática usada desde tiempos prehispánicos por los indígenas americanos. Posee cualidades antiparasitarias para el tratamiento de áscaris (lombrices) y la tenia. Esta planta tiene múltiples propiedades y es beneficiosa para un sinnúmnero de enfermedades.
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Claudia Lema
Felipe Lora