LA LEY DEL GATO EN TWITTER
Más de dos años en twitter y a decir verdad no consigo aún saber porque sigo allí, he llegado a la conclusión que twitter es como un esposo de esos que no sirven para nada y que uno no abandona porque le da miedo que otra si lo encuentre útil, ya que uno conserva la esperanza de que un día lo sea.
Al principio le entregaba mucho de mi energía vital y de mi tiempo, buscaba a quien seguir para que me siguieran, aunque me sentía ejerciendo un tipo de mendicidad cibernética, sobre todo cuando descubría que muchos a quienes seguía posteaban unos tuits tan pobres, tan carentes de creatividad, y tan poco inteligentes y aun así tenían miles de seguidores. Lo cual no dejaba bien parada a la humanidad cibernética contemporánea. Me obsesioné con el tema, porque quería saber que pasaba si conseguía cientos o hasta miles de seguidores, para concluir que lo que pasaría es que posiblemente nunca leerían lo que escribía. También me obsesioné con el secreto para tener tantos seguidores en twitter, y en el proceso leía todo tipo de ofertas por las que podía pagar desde una módica hasta una escandalosa suma de dinero a cambio de que el secreto me fuera revelado. Debo confesar que ese secreto sigue estando en el más absoluto oscurantismo para mí.
Le hice seguimiento a un personaje en especial, muy popular en twitter con un séquito de seguidores, aunque el sólo sigue unos cuantos, porque en twitter rige la ley del más por menos, yo recibo más por lo menos que doy, la ley del gato la llamo yo, te ignoro y daño tus muebles a cambio de comida, en twitter es: sígueme, mírame léeme, y yo te ignoraré, con ello me aseguraré de lucir como alguien no sólo importante sino como alguien que tiene algo que los demás no.
Pues bien este personaje que además dice sabérselas todas en cuestión de redes sociales, me bombardeaba a mensajes, como supongo lo hará con todos los que lo siguen para que comprara sus cursos sobre como monetizar mi blog, algo que sigue siendo un misterio sin descifrar porque aún no conozco a nadie de carne y hueso que haya tenido el logro con el que muchos presumen en sus blogs poniendo ambiciosas cifras supuestamente ganadas mediante un enorme trafico de lectores en su blog. Después de rastrear por meses al sujeto en mención, supe que es un personaje de dudosa reputación internacionalmente, que ha dejado un mal olor en diferentes países a través de las redes sociales, de esos listos que no se les ha podido probar nada, mejor dicho como las brujas, uno cree que no existen pero de que las hay las hay. Lo deje de seguir por obvias razones.
Tengo la sensación que twitter, es un producto más de la cultura del inmediatismo en que nos hemos convertido, la comodidad, la rapidez, la medicina de rápido efecto, los microondas etc. Twitter nos permite comunicarnos en un margen de 140 caracteres, sin distorsionar la realidad e informando a la vez, con lo cual vamos perdiendo la cadencia del lenguaje, la fluidez de un idioma que tiene la capacidad de expandirse para hacernos sentir música en un mensaje o para cargarse de lúdica, por lo tanto es un medio perfecto para la generación del afán, los que no tienen tiempo para escribir largo, pero curiosamente tienen tiempo para estar pegados del blackberry o del Ipod todo el día...¿? y sobre todo los que no tienen tiempo para leer, por eso twitter es un lugar propicio para hablar solo, con la certeza de que muy pocos te escucharan y de que quienes lo hacen se interesaran poco por tu mensaje porque cada persona está más centrada en sus propias necesidades que en las de los demás. Que no es muy distinto de lo que pasa en la vida real, en ese sentido twitter refleja muy bien la sociedad contemporánea, vivimos quizá la época de más egocentrismo que la humanidad haya presenciado, en una fiebre por ser famosos, por lucir bien, por tener más seguidores, por tener más admiradores, más fans, más halagos, o por simplemente tener, no importa qué, el verbo del milenio es TENER.
Pero heme aquí como las mujeres que no tienen muchas cosas buenas que decir de sus esposos, pero siguen con ellos, supongo que dándole el beneficio de la duda de que twitter sea un diamante bien en bruto, y que no importa si nunca consigo pulirlo, lo importante es que es un diamante.
Al principio le entregaba mucho de mi energía vital y de mi tiempo, buscaba a quien seguir para que me siguieran, aunque me sentía ejerciendo un tipo de mendicidad cibernética, sobre todo cuando descubría que muchos a quienes seguía posteaban unos tuits tan pobres, tan carentes de creatividad, y tan poco inteligentes y aun así tenían miles de seguidores. Lo cual no dejaba bien parada a la humanidad cibernética contemporánea. Me obsesioné con el tema, porque quería saber que pasaba si conseguía cientos o hasta miles de seguidores, para concluir que lo que pasaría es que posiblemente nunca leerían lo que escribía. También me obsesioné con el secreto para tener tantos seguidores en twitter, y en el proceso leía todo tipo de ofertas por las que podía pagar desde una módica hasta una escandalosa suma de dinero a cambio de que el secreto me fuera revelado. Debo confesar que ese secreto sigue estando en el más absoluto oscurantismo para mí.
Le hice seguimiento a un personaje en especial, muy popular en twitter con un séquito de seguidores, aunque el sólo sigue unos cuantos, porque en twitter rige la ley del más por menos, yo recibo más por lo menos que doy, la ley del gato la llamo yo, te ignoro y daño tus muebles a cambio de comida, en twitter es: sígueme, mírame léeme, y yo te ignoraré, con ello me aseguraré de lucir como alguien no sólo importante sino como alguien que tiene algo que los demás no.
Pues bien este personaje que además dice sabérselas todas en cuestión de redes sociales, me bombardeaba a mensajes, como supongo lo hará con todos los que lo siguen para que comprara sus cursos sobre como monetizar mi blog, algo que sigue siendo un misterio sin descifrar porque aún no conozco a nadie de carne y hueso que haya tenido el logro con el que muchos presumen en sus blogs poniendo ambiciosas cifras supuestamente ganadas mediante un enorme trafico de lectores en su blog. Después de rastrear por meses al sujeto en mención, supe que es un personaje de dudosa reputación internacionalmente, que ha dejado un mal olor en diferentes países a través de las redes sociales, de esos listos que no se les ha podido probar nada, mejor dicho como las brujas, uno cree que no existen pero de que las hay las hay. Lo deje de seguir por obvias razones.
Tengo la sensación que twitter, es un producto más de la cultura del inmediatismo en que nos hemos convertido, la comodidad, la rapidez, la medicina de rápido efecto, los microondas etc. Twitter nos permite comunicarnos en un margen de 140 caracteres, sin distorsionar la realidad e informando a la vez, con lo cual vamos perdiendo la cadencia del lenguaje, la fluidez de un idioma que tiene la capacidad de expandirse para hacernos sentir música en un mensaje o para cargarse de lúdica, por lo tanto es un medio perfecto para la generación del afán, los que no tienen tiempo para escribir largo, pero curiosamente tienen tiempo para estar pegados del blackberry o del Ipod todo el día...¿? y sobre todo los que no tienen tiempo para leer, por eso twitter es un lugar propicio para hablar solo, con la certeza de que muy pocos te escucharan y de que quienes lo hacen se interesaran poco por tu mensaje porque cada persona está más centrada en sus propias necesidades que en las de los demás. Que no es muy distinto de lo que pasa en la vida real, en ese sentido twitter refleja muy bien la sociedad contemporánea, vivimos quizá la época de más egocentrismo que la humanidad haya presenciado, en una fiebre por ser famosos, por lucir bien, por tener más seguidores, por tener más admiradores, más fans, más halagos, o por simplemente tener, no importa qué, el verbo del milenio es TENER.
Pero heme aquí como las mujeres que no tienen muchas cosas buenas que decir de sus esposos, pero siguen con ellos, supongo que dándole el beneficio de la duda de que twitter sea un diamante bien en bruto, y que no importa si nunca consigo pulirlo, lo importante es que es un diamante.
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