LA ENVIDIA TERRITORIO FEMENINO

Dicen que la envidia es mejor despertarla que sentirla, yo si prefiero sentirla que despertarla, porque cuando la siento tengo la opción de tomar control sobre ella y puedo saber más acerca de mi misma, mientras que cuando la despierto, no puedo saber las proporciones que puede tomar en la siquis de una persona que de repente no sepa que hacer con ella.

En las últimas semanas he presenciado bastante de eso, no en primera persona, porque afortunadamente, en apariencia y que yo sepa no despierto envidia, pero si he visto como personas cercanas a mí, han sido el blanco perfecto de quienes se decían sus amigos, y quienes  usan facebook para soltar todo el veneno que sabemos que trae consigo la envidia, usando el método más primario para deshacerse del malestar que genera el éxito de los demás, las indirectas.

Dicen los entendidos que esto se da con mayor frecuencia entre la población que tiene muy baja autoestima. Personas que no gozan de la capacidad para comunicarse genuinamente y que no son capaces de hablar con sus amigos de aquello que les incomoda por lo que prefieren lanzar la piedra y esconder la mano. Y es que ningún lugar es más seguro para hacer eso que Facebook, escriben una indirecta con la certeza de que la persona a quien va dirigida la leerá y la captará, y cuando esa persona reclama, responden con un  sarcasmo que te hace sentir paranoico, que no entienden porque te sientes aludido, que como eres de egocéntrico, que estas malinterpretando el mensaje que eso sólo era una reflexión. No se dan cuenta que esconder la mano después de lanzar la piedra es un veneno para las relaciones interpersonales y que tiene un nombre: hipocresía.

El uso de las redes sociales y en especial de Facebook nos ha abierto más posibilidades de saber más de las personas con quienes nos relacionamos, aunque mucha gente piensa que en las redes sociales la gente escribe lo que le conviene, la verdad es que la gente se desahoga de sus frustraciones y suele sacar a la superficie su verdadera naturaleza no sólo con lo que escribe, sino con los enlaces que pega en su muro, con los artículos que comparte y con la misma gente con quien se relaciona. Por lo que de alguna manera las redes sociales son útiles para saber con quienes nos relacionamos porque quitan máscaras, sólo es cuestión de ser muy buen observador. Personalmente me maravilla cuando la naturaleza animal de una persona que antes consideraba que tenía dominio sobre si misma o que no se dejaba dominar por las circunstancias sale a la superficie y deja expuesta la fiera que todos llevamos dentro, no me maravilla porque disfrute que la gente se comporte maquiavélicamente, sino porque me da la posibilidad de relacionarme también con esa sombra que antes en nuestras interacciones cotidianas esa persona protegía a toda costa.



Entre las mujeres es donde la envidia tiene más comodidad y la gran pregunta es ¿Porque las mujeres resienten tanto los logros de las demás? No lo sé, pero presumo que tiene que ver con su sentido de valoración y con la capacidad que tengan de sentirse amadas. El caso es que las mujeres tienen otra clase de ambición desmedida, quieren tener buena figura, el marido perfecto, la ocupación perfecta, reconocimiento social, ser amas de casa, amantes fogosas, cinco hijos bien pequeños y seguir teniendo medidas de Barbie. Cuando esas metas no se cumplen, una penosa mayoría entran en conflicto, pero cuando se les mete en la cabeza que alguna de sus amigas si ha cumplido con todas esas metas, el veneno de la envidia actúa como un medicamento intravenoso, que les corroe el cuerpo y el alma y que las lanza a acabar con la existencia de esa mujer que sin lugar a dudas tiene que ser su enemiga.

Creo que de todo lo que he observado en estas tóxicas interacciones de quienes usan Facebook para agredirse o desembarazarse del veneno que cargan a consecuencia del éxito de otras, esto ha sido lo que más me ha impactado. ¿Cuando vamos a estar realmente felices porque la vida de nuestra amiga esté caminando sobre ruedas, aunque las nuestras estén pinchadas? ¿Cuando vamos a comprender que cada persona tiene un rol que desempeñar en este mundo y que no podemos seguir sucumbiendo a la idea de uniformarnos sólo para satisfacer a los demás? ¿Cuando vamos a abrazar esas diferencias y a reverenciar a las demás mujeres por la esencia femenina que compartimos en suerte en vez de ver esas diferencias como puntos de referencia para fortalecer nuestra enfermiza competitividad? Mujeres es hora de despertar! No somos mujeres si no sentimos que somos completas con lo que tenemos y con lo que nos falta en este momento, porque aunque no lo creamos, la aceptación de lo que nos falta es lo que nos hace completas. Mujeres valemos mucho, para dejarnos reducir de precio por algo de tan poca utilidad como lo es la envidia.

Adjunto el padrenuestro del Facebook que diseñé a propósito de este viaje por las fauces de la envidia en el que he acompañado a algunas de mis amistades.

Facebook nuestro que estas en la red, inmaculado sea el muro de cada persona, Venga a mi vida todos los contactos que me recomiendes y que hagan su voluntad siempre y cuando no me falten al respeto, ni en mi muro, ni desde el estatus de ellos. Dadnos hoy todo los feeds de cada día y alértame sobre los que me ofenden así como yo te alerto sobre los virus y los perfiles falsos. No nos dejes caer en la tentación de usar nuestro estatus para decirle a la gente lo que no somos capaces de decirles personalmente, y líbranos de quienes hacen eso Amen.


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