COMO ENCONTRAR EL CLÍTORIS.
Siento una
fascinación asombrosa por las reuniones de mujeres, mientras más mixtas sean
estas reuniones mejor, jóvenes, maduras, mayores y más mayores, de todos los tamaños,
colores y de diferentes bellezas. ¿Ustedes se han dado cuenta de lo que pasa
con nosotras las mujeres cuando bebemos un poco de licor y hay música? Se
genera una especie de histeria colectiva y hasta la más tímida y conservadora
terminará en algún momento haciendo derroche del movimiento de sus caderas.
Como me gustan
tanto estas reuniones suelo convocarlas, tienen un poder terapéutico
maravilloso donde todas salimos ganando. La otra vez convoqué un grupo variado
de mujeres a una reunión donde también había invitado a los cuatro elementos, habían
diferentes licores, música y por supuesto baile, al calor de una conversación surgió
el que yo llamé el invitado de la noche: el clítoris, del que se habló con una maestría
asombrosa como si cada una de las allí presentes tuviera un mapa perfectamente
marcado para llegar a él y además hubieran sido perfectas guías de sus amantes
hasta ese misterioso lugar al que siempre queremos que lleguen, pero que muchos
evaden porque prefieren el calor del infierno sin ver primero al demonio (léase
penetración inmediata)
Al día siguiente
una de ellas, un poco mayor de 50 años, me llamó por teléfono pidiéndome que habláramos
en privado. Cuando nos reunimos, algo sonrojada y curiosa a la vez me preguntó
que era eso del clítoris, no pude disimular mi asombro, porque he respondido
esa pregunta para jovencitas, pero jamás para una mujer mayor que además había
tenido hijos y un par de esposos, cuando le expliqué de que se trataba me
preguntó como podría ella encontrar su clítoris, y después de una breve charla didáctica
y de ponerla a ver unos videos
educativos en Internet, ella encontró su
clítoris con la complicidad que otorga el tiempo a solas.
Lo siguiente que
pasó es que ella abrió una puerta además de su mente cuando se aventuró a
preguntar por su clítoris, y cuando uno abre tanto mente como puertas, los
huéspedes empiezan a llegar. A ella le llegó un huésped a su cuerpo que encontró
su clítoris y que la llevó de paseo por las nubes a manos de lo que ella llamó
su primer orgasmo acompañada, fue una relación corta de la que luego se despidió
con mucho agradecimiento por la compañía en esa búsqueda que toda mujer debe
hacer tarde o temprano.
Y aunque muchas
mujeres que estén leyendo esto piensen que esta es una historia triste por los años
en que ella ignoraba que era dueña del botón mágico que tanta dicha nos trae, a
mí me parece una bella historia, porque para ella habría sido más simple
camuflarse entre las expertas conocedoras del clítoris y seguir ignorando lo
que su cuerpo puede ofrecerle (como seguramente le habrá pasado a muchas) a cambio ella se dio la oportunidad de conocer
algo nuevo y cuando uno hace eso, uno cambia de vibración, uno se siente dueño
de mundo, porque se abre a la energía del universo y esta listo para expandir
su mente y abrir sus brazos para todo la abundancia que el universo tiene para
darnos. Por eso cuando la vi asomar a la siguiente reunión enfundada en una
minifalda exhibiendo sus espectaculares piernas que había tenido guardadas por
más de 50 años sentí una complicidad con ese momento mágico que toda mujer
tiene en algún momento de su vida, ese momento en que nada ni nadie nos
convence de que no somos las más hermosas del planeta tierra.
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