RECICLANDO RELACIONES.
Ayer me encontré en mi closet un par de cajas que hacía mucho tiempo no revisaba, sabía que guardaban recuerdos, pero no recordaba exactamente de que tipo, como era el día de saber dar buen uso a la basura pensé que era hora de revisarlas.
En efecto habían muchos años de mi vida allí contenidos, pero lo más impresionante fué darme cuenta que la mayoría eran cartas o tarjetas de personas que ya no están mas en mi vida, personas que alguna vez me juraron amor eterno o amor incondicional y que de repente partieron dejando sus promesas en mi closet ocupando espacio.
Me quedé pensando que tantas cosas de nuestro pasado siguen ocupando espacio en nuestras vidas simplemente porque no las dejamos ir, y lo único que se me ocurrió como respuesta a ese apego irracional por guardar pruebas del afecto de alguien, es que este responde a una necesidad egocéntrica por tener pruebas de la aceptación que hemos tenido de otros y del afecto que alguien mas nos profirió en el pasado. Al margen de eso, no hay nada funcional para uno en aquellos documentos, el amor que alguna vez alguien sintió por uno, fue real mientras duró, pero una vez se acaba hay que saltar la página y dejar entrar a nuevos afectos en nuestra vida. Pensé en amigas que siguen esperando a su príncipe azul después de muchos años, y pensé que quizá ese príncipe no llega porque tienen el corazón sin espacio por estar cargando el recuerdo y el sinsabor de aquella promesa jamás cumplida.
Cuando había terminado de seleccionar qué se iba a la basura realmente y qué de mis pertenencias podían empezar el ciclo de ser reutilizadas por personas que lo necesitan, me encontré con lo que siempre me genera frustración en mi vecindario: no tenemos contenedores de reciclaje, así que decidí hacer algo al respecto. Escribí una carta para la comisionada del distrito que se llama Sue Gunzburger, en espera de que ella pueda ayudarnos a encontrar una forma mas económica de poder reciclar. Mas tarde encontré en mi buzón su respuesta, que me hizo sentir como pelota de tenis que empieza su recorrido de un jugador a otro, me envía para donde otro comisionado, cuya dirección jamás encontré, le envié de nuevo un email a la comisionada para que me diera la dirección o el numero para contactar a este ¿? invisible personaje, hoy sigo conservando la esperanza de que alguna día me responda.
La pasividad ante las cosas que nos molestan es un grado de basura mas que muchos cargamos a cuestas; y en un día en que estamos seleccionando bien la basura considero oportuno botar este tipo de basura o convertirla en combustible para hacer algo realmente funcional..
Como no puede faltarme la dosis de reflexión respecto a todo lo que emprendo, estaba pensando en algunas personas que la vida ha estado tratando de quitarme de mi camino y que no le dejado ir por una buena o mala razón. Como no puedo pensar en ellas en términos de basura, porque sigo creyendo en que la raza humana tiene una materia prima que se puede reutilizar, creo que soltare este tipo de personas y las dejare circular para que sean debidamente recicladas en otras relaciones donde serán de mejor uso, ya que en mi vida ya hicieron lo que debían y lo que tenían que hacer, les doy las gracias por el servicio prestado mientras estuvieron en mi vida y las dejo partir esperando que cumplan su ciclo en compañía de otras personas.
En efecto habían muchos años de mi vida allí contenidos, pero lo más impresionante fué darme cuenta que la mayoría eran cartas o tarjetas de personas que ya no están mas en mi vida, personas que alguna vez me juraron amor eterno o amor incondicional y que de repente partieron dejando sus promesas en mi closet ocupando espacio.
Me quedé pensando que tantas cosas de nuestro pasado siguen ocupando espacio en nuestras vidas simplemente porque no las dejamos ir, y lo único que se me ocurrió como respuesta a ese apego irracional por guardar pruebas del afecto de alguien, es que este responde a una necesidad egocéntrica por tener pruebas de la aceptación que hemos tenido de otros y del afecto que alguien mas nos profirió en el pasado. Al margen de eso, no hay nada funcional para uno en aquellos documentos, el amor que alguna vez alguien sintió por uno, fue real mientras duró, pero una vez se acaba hay que saltar la página y dejar entrar a nuevos afectos en nuestra vida. Pensé en amigas que siguen esperando a su príncipe azul después de muchos años, y pensé que quizá ese príncipe no llega porque tienen el corazón sin espacio por estar cargando el recuerdo y el sinsabor de aquella promesa jamás cumplida.
Cuando había terminado de seleccionar qué se iba a la basura realmente y qué de mis pertenencias podían empezar el ciclo de ser reutilizadas por personas que lo necesitan, me encontré con lo que siempre me genera frustración en mi vecindario: no tenemos contenedores de reciclaje, así que decidí hacer algo al respecto. Escribí una carta para la comisionada del distrito que se llama Sue Gunzburger, en espera de que ella pueda ayudarnos a encontrar una forma mas económica de poder reciclar. Mas tarde encontré en mi buzón su respuesta, que me hizo sentir como pelota de tenis que empieza su recorrido de un jugador a otro, me envía para donde otro comisionado, cuya dirección jamás encontré, le envié de nuevo un email a la comisionada para que me diera la dirección o el numero para contactar a este ¿? invisible personaje, hoy sigo conservando la esperanza de que alguna día me responda.
La pasividad ante las cosas que nos molestan es un grado de basura mas que muchos cargamos a cuestas; y en un día en que estamos seleccionando bien la basura considero oportuno botar este tipo de basura o convertirla en combustible para hacer algo realmente funcional..
Como no puede faltarme la dosis de reflexión respecto a todo lo que emprendo, estaba pensando en algunas personas que la vida ha estado tratando de quitarme de mi camino y que no le dejado ir por una buena o mala razón. Como no puedo pensar en ellas en términos de basura, porque sigo creyendo en que la raza humana tiene una materia prima que se puede reutilizar, creo que soltare este tipo de personas y las dejare circular para que sean debidamente recicladas en otras relaciones donde serán de mejor uso, ya que en mi vida ya hicieron lo que debían y lo que tenían que hacer, les doy las gracias por el servicio prestado mientras estuvieron en mi vida y las dejo partir esperando que cumplan su ciclo en compañía de otras personas.
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