AMOR SIN SEXO

Pregunté la otra vez en facebook si se puede amar en pareja sin sexo, y las respuestas no se hicieron esperar. Me llamó la atención una respuesta en especial, que considero la más honesta "Claroooooooo, se ama a la pareja y se tiene sexo con otra". Quizá porque es la que más se ajusta a mi filosofía personal, no obstante no es la filosofía que está avalada por la sociedad, y estoy segura que les resulta escandalosa la idea, ya que la institución matrimonial que tenemos consabida es la monogámica, y que el amor esta idealizado ya que le hemos atribuido un parentesco obligado con la atracción sexual.

Pero ¿Qué pasa cuando tenemos una buena pareja, pero la atracción sexual le cede paso a una química sexual desbordante que es detonada por el vecino, el cajero del supermercado, el médico de cabecera, el abogado o cualquier persona que tenga esa característica especial que nos atrae irresistiblemente? ¿Debemos terminar el matrimonio por ello y casarnos con el nuevo sujeto que nos atrae?

No creo que la ausencia de sexo en una pareja sea motivo para terminar el matrimonio, tanto como no creo que debemos casarnos con todos los que nos detonen química sexual, porque entonces nos tendríamos que casar con una cifra significativa de la población.

Lo que creo es que debemos dejar de comprar el modelo telenovelesco de matrimonio y el "fueron felices y comieron perdices" porque es que en la realidad, eso no sucede, en la práctica después de que uno se casa es cuando empieza el reto y el trabajo por el ajuste en convivencia, y a veces ni siquiera hay dinero para comprar perdices, la atracción sexual le cede paso a la rutina, simplemente porque de la misma manera que nuestro paladar se satura de la misma comida, nuestra vida sexual también lo hace.

Si la química sexual asegurara un matrimonio feliz ¿Porqué yo no sigo casada con mi primer esposo, con quien tenía una brillante y lujuriosa vida sexual?. Las mujeres tenemos ciclos en los que somos muy ardientes y ciclos de un verano sexual que da miedo, ciclos en los que de no ser porque nos da miedo que "nos quiten" el esposo buscaríamos compañeras sexuales para que nos dieran una manito con nuestros esposos, porque tampoco es justo que a sabiendas de que los ritmos sexuales del hombre son tan distintos de los nuestros pretendamos mantener castigados a los pobres hombres en nombre de la exclusividad sexual que impone la institución matrimonial.

Uno de los que respondió decía que "el sexo se nos volvió, una manera de apropiación, es un mecanismo mental bastante absurdo, pero sólo nos sentimos seguros del otro si podemos "poseerlo". La gran pregunta es ¿Porqué el sexo nos despierta ese sentido de pertenencia con el otro? Creo que sobre todo cuando el sexo es bueno, es como si hubiéramos encontrado el eslabón perdido y le otorgamos a esa persona la exclusividad para satisfacernos, pero la verdad es que en el sexo el otro solo es el encendedor, porque la fuente somos nosotros, si el otro fuera responsable de nuestra satisfacción no sería posible la masturbación. En la medida en que vamos adquiriendo experiencia sexual, comprendemos que el mecanismo de la satisfacción sexual es un ingrediente intrínsico, reconocemos en el otro unos ingredientes que nos hace la vida sexual más rica y que conjugados con los que nosotros poseemos, crean esa combustión exquisita. No obstante la fuente que somos cada uno de nosotros permaneces intacta y siempre puede hacer combustión con nuevos ingredientes químicos, desde esa premisa nadie "necesita" de nadie en particular para tener una vida sexual satisfactoria.

En cambio las cosas que se pueden construir en pareja como la confianza, el respeto, el compañerismo, el amor y la admiración, son ingredientes que es difícil construir con alguien más, y que cuando se consiguen en una pareja hay que protegerlos. En este sentido otra participante respondió con una serie de interrogantes que me parece interesante evaluar "Sería interesante cuestionarnos entonces qué compone una relación de pareja: el estar casados? el dormir en la misma cama? el tener sexo los fines de semana? el tener hijos? el apoyarnos y escucharnos (como amigos)? el sentirnos dependientes? el querer poseer al otro? el pasar mucho tiempo juntos? el caminar en la misma dirección? el querer responsabilizar al otro por mi felicidad o tristeza?"

Y es aquí donde pienso que debemos enfocarnos en estas dos preguntas fundamentales: ¿Cual es nuestro objetivo de pareja? y ¿Qué compone una relación de pareja para nosotros? Si conseguimos identificar ese par de puntos, pienso que es más fácil determinar si podemos amar a nuestra pareja aunque el sexo no esté presente.

Queda entonces la pregunta que se harán muchos, y si no hay sexo con mi pareja entonces ¿Con quién? Y lo que puede llegar a ser peor para algunos. ¿Con quién entonces tendría sexo mi pareja?

A lo mejor estamos diseñados para la poligamia, la explicación científica que se le da a la química sexual y su posible filiación con la hormona feniletilamina (FEA) la misma que sólo dura unos dos años en nuestro cuerpo y que es la responsable del arrebato sexual y el enamoramiento en la primera fase de la relación, así lo deja ver. También creo que la sexualidad sigue siendo un asunto muy íntimo y privado que le sigue perteneciendo a cada miembro de la pareja y que ningún documento valida que mi cuerpo le pertenece a mi pareja ni que el cuerpo de mi pareja me pertenece. Pienso que la relación de pareja es una elección, es una decisión que se afianza con el tiempo o que se desvanece, que siempre tenemos la opción de re elegirnos cada día. Por lo tanto si el sexo no es tan frecuente entre una pareja, cada miembro está en libertad de satisfacer su sexualidad a su conveniencia, yo sé que no es como estamos educados socialmente, pero pienso que si lo estuviéramos, esto nos haría individuos más vitales, más seguros de nosotros mismos, el sexo ya no sería la imagen porno con la que a veces nos recreamos más que con el mismo sexo como tal, sino que sería un aspecto de nuestras vidas al que le deberíamos respeto, porque es muy curioso que la sociedad nos impone un respeto por el otro a costa del irrespeto por los ciclos de nuestro cuerpo y por nuestra orientación sexual.

Yo creo en las asociaciones espirituales, donde dos personas se eligen y deciden enfrentar su ciclo evolutivo con todo lo que este traiga, creo que en las asociaciones espirituales el respeto adopta nuevas formas y nuevos conceptos y que no tiene nada que ver con lo que cada uno quiera hacer con su cuerpo, o con sus búsquedas personales. En eso coincido con otro de los que opinaron en mi cuestionamiento cuando dijo "Amor sin sexo solo se da en un nivel de conciencia superior, muy escaso en el siglo XXI" confío en que en los tiempos que vivimos obtengamos el nivel de conciencia que nos permita salirnos del molde conceptual tradicional y empezar a abrir brechas que nos lleven a discernir entre el amor y el sexo, y que la relación que establecemos con nuestro cuerpo debe ser personal y no debe ser un producto más con el cual hacemos transacciones de exclusividad en nombre del matrimonio. Quizá nos convenga echar una ojeada a quien le beneficia ese concepto del matrimonio, porque en todo caso no es a nosotros, prueba de eso lo da el fracaso que esta teniendo la institución matrimonial.

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