EDUCASTRACIÓN

La pediatra dice que mi nieta debería estar diciendo no recuerdo cuantas palabras, pero el caso es que existe una cifra de palabras que una bebé de su edad debería estar hablando, de la misma manera que existe un número de logros sociales que uno a los 40 años ya debería tener, pero que muchas veces no tiene. A esa temprana edad empieza el acondicionamiento social, las presiones y las demandas por ser alguien que encaje en el modelo esperado a costa de no ser uno mismo. Le he dicho a mi hija que le respete sus ciclos, que hasta los expertos se equivocan y que muchas veces hay que hacer oídos sordos cuando de los hijos de trata, y estar más conectados con la intuición que con la razonable ciencia de la pediatría.

En cambio la pediatra no se percató de que los objetivos de la pequeña Samantha son más de motricidad que de lenguaje, que pese a lo pequeñita que es, trepa todo lo que puede y a la mayor altura posible y que cuando lo consigue se premia y nos premia con una sonrisa capaz de derretir el polo norte, tampoco se dio cuenta que a su edad sabe comer sola, que usa la cuchara con destreza y que saborea los alimentos como si fueran el último banquete sobre la tierra, ni se enteró que tiene una capacidad de expresión corporal que ya envidiaría una actriz y que se las ingenia para comunicarse en su lacónico lenguaje mejor que un bilingüe.
Samantha en acción


Por supuesto que mi nieta habla, que la Pediatra no entienda su misterioso idioma no significa que no hable, ella emite unos sonidos en donde juega a mezclar toda suerte de consonantes y vocales hasta conseguir unas palabras que no hemos conseguido encontrar en el diccionario pero que nuestra intuición nos permite descifrar. Mientras ella usa el lenguaje como lo hacemos todos, algo para lo cual particularmente no tengo prisa, yo disfruto de la creatividad que ella derrocha en el arte de usar todo su cuerpo como un lenguaje universal y peculiar que le permite fluir con el universo.

Así eduqué a mi hija sin esperar que encajara en las expectativas sociales, de la misma manera que mi madre me educó a mi, con esa tranquilidad imperturbable que no la dejaba sospechar siquiera de lo atípica que era una niña que no gustaba presentar exámenes en el colegio, y no será la cultura gringa quien nos arrebate el sentido común y la poderosa intuición femenina con que hemos sido educadas toda una generación de matriarcas que nos comemos la luna mientras todos duermen.




Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me gusta mucho el idioma natal de Samantha......suena muy divertido y muy genuino
Carlos Dario Madrigal ha dicho que…
Me gustaron los "ojitos", los besitos y todo lo que dijo!! Bello video para mantener de recuerdo.
El abuelito Carlos.
Anónimo ha dicho que…
Hola mi Lulu,

Gracias por compartir, este video esta bellisimo. Me ENCANTO, que tal esa lengua?, y que tal la capacidad y el entendimiento para responder? DIVINA, cojan oficio par de mama y abuela.
Por favor y rapidito necesito el nombre de la Pediatra para evitar que los niños afortunados quienes estan desarrollando dos idiomas al mismo tiempo lleguen a caer en sus manos.
La experiencia con mi hija, quien es perfectamente bilingûe, fue tan diferente. Su profesora de Kinder tuvo curiosidad en hablar con nosotros al darse cuenta que su Ingles era muy precario, le comentamos que asi mismo era el Español, su consejo fue mantenganse hablandole el idioma materno; le tomara mas tiempo desarrollando las dos lenguas a la vez, pero sin duda sera bilingûe.

Un abrazo,

Clemencia Huertas

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